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Anulan el desacato contra el periodista del "Time"

La declaración de desacato dictada por un juez federal contra el periodista Matthew Cooper, de la revista "Time", quedó anulada al prestar declaración en el caso de la filtración de la identidad de una agente secreta de la CIA.

Cooper aceptó declarar después de que Lewis Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, le liberó del compromiso de confidencialidad que habían alcanzado ambos en una conversación que tuvieron el año pasado, según una declaración divulgada hoy por "Time".

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El pasado día 9, Cooper y la revista "Time" fueron declarados en desacato por negarse a declarar qué fuentes les proporcionaron información sobre la identidad de la agente secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Valerie Plame.

Con su decisión de declarar, el periodista se libra de una condena de al menos 18 meses de prisión y su revista, de una multa de 1.000 dólares diarios, aunque ambas sanciones estaban en suspenso desde que Cooper decidió apelar la decisión judicial.

Según "Time", el periodista compareció el lunes ante el fiscal especial que lleva esta causa, Patrick Fitzgerald, para prestar declaración en torno a la conversación que mantuvo en julio del año pasado con el jefe de gabinete de Cheney.

El caso se remonta a esa fecha, cuando Cooper escribió que fuentes del Gobierno habían revelado a la prensa la identidad de Plame, una información que el columnista Robert Novak había publicado tres días antes en el diario "The Washington Post".

La identidad de la agente se hizo pública después de que su esposo, el ex embajador Joseph Wilson, publicó una columna en "The New York Times" en la que afirmaba que el presidente Bush había usado información falsa cuando declaró que Saddam Hussein había intentado comprar uranio en Africa para fabricar armas nucleares.

Sus críticas no fueron muy bien recibidas por la Casa Blanca, hasta el punto de que Wilson llegó a acusar al Gobierno de revelar la identidad de su esposa como una venganza política.

La revelación voluntaria del nombre de un agente de inteligencia es un delito federal, por lo que el pasado diciembre se creó una sala especial, presidida por el fiscal Fitzgerald, para investigar el origen de la filtración.

Otros periodistas han sido llamados a declarar en este caso, pero hasta ahora sólo Cooper había sido declarado en desacato. El caso de Cooper se suma a otro en que cinco periodistas fueron declarados en desacato el miércoles de la semana pasada, por no revelar las fuentes de una información acerca del científico Wen Ho Lee, que hace un año estuvo bajo sospecha de espionaje.

Fuentes judiciales dijeron que los periodistas en desacato, a quienes se ordenó pagar una multa de 500 dólares, son Joseph Hebert, de la agencia de noticias Associated Press; James Risen y Jeff Gerth, del diario The New York Times; Robert Drogin, del matutino Los Angeles Times; y Pierre Thomas, de la cadena de televisión ABC.

Todos ellos, al igual que Cooper, apelaron la decisión judicial al argumentar que la confidencialidad de las fuentes de una información está protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.

Estos casos han desatado una ola de críticas entre los medios de comunicación y las asociaciones profesionales, que defienden a los periodistas en nombre de la libertad de expresión y bajo el amplio paraguas de la Primera Enmienda.

 
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