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El desacuerdo en el reparto de poder bloquea la Constitución Europea

La negociación queda para la presidencia irlandesa

Bruselas

La Cumbre de Bruselas se cerró con fracaso. Los líderes de los 25 países que formarán la futura Unión Europea no consiguieron un acuerdo sobre el reparto de poder y dejan los trabajos de la Conferencia Gubernamental sin cerrar, por lo que continuarán en la Presidencia irlandesa que comenzará con el próximo año.

El presidente francés, Jacques Chirac, culpó de esta situación a la "falta de flexibilidad" de España y Polonia. En cambio, el jefe del Ejecutivo español, José María Aznar, eludió buscar responsables y achacó la falta de acuerdo a que no había "un punto de maduración suficiente" entre los mandatarios reunidos.

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La sensación de que la Cumbre se iba a cerrar sin acuerdo se propagó durante la mañana. Primero fue el retraso a la tarde de la reunión que se iba a producir para abrir la jornada. Después, las breves reuniones bilaterales. Finalmente, se anunció que la Presidencia italiana de la UE iba a proponer cerrar la reunión sobre la Conferencia Intergubernamental ante la falta de acuerdo. La Cumbre se saldó con un fracaso que no todos los mandatarios europeos vieron igual.

Chirac aseguró que hubo dos culpables, España y Polonia. "La Presidencia italiana y yo mismo nos hemos entrevistado con el presidente Aznar y con el primer ministro (Leszek) Miller. No me ha hecho falta mucho tiempo para constatar que no había flexibilidad por parte de España ni de Polonia, la discusión ha sido corta al ver que no había flexibilidad de su parte ni posibilidad de negociación", dijo. El encuentro entre Chirac y Aznar apenas duró media hora.

El jefe del Ejecutivo español no se consideró responsable de este fracaso, e incluso eludió utilizar esta palabra. Dijo que la responsabilidad de que no haya habido acuerdo es de los 25 países reunidos, como también hubiera sido éxito de todos haber sellado un pacto, y aseguró que la posición de España "no podía estar más abierta".

LAS PROPUESTAS DE BERLUSCONI

Silvio Berlusconi intentó hasta el final cerrar un acuerdo. Llegó a presentar hasta tres fórmulas para desbloquear la negociación, aunque nunca llegó a plasmarlas por escrito. La primera de ellas era modificar el Tratado de Niza para dar más poder a Alemania (29 votos) y menos a España y Polonia (ambos con 27), pero fue rechazada por Alemania y Polonia. La segunda fue modificar los umbrales de la doble mayoría subiéndolos hasta el 64 por ciento de población y 54 por ciento de Estados. España aceptó, pero Francia y Polonia no, ya que mantenían la propuesta de la Convención del máximo del 50 por ciento de población y 60 por ciento de Estados.

La tercera propuesta de Berlusconi fue aplazar la entrada en vigor de la doble mayoría en los términos del 64-54 por ciento a 2013, mediante una cláusula de revisión que podría ser modificada por 'los 25'. Francia, España y Polonia se opusieron. La delegación española esbozó también una fórmula de acuerdo en sus contactos con la Presidencia italiana, que consistía en retocar Niza y prever un voto para más adelante para el paso al sistema de doble mayoría, pero Polonia tampoco se mostró conforme con ella.

Berlusconi no quiso culpar a la nadie, pero sí admitió que hay "desacuerdo total" en cuanto al reparto de poder. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, se mostró más optimista que el dirigente italiano y aseguró que la Cumbre se salda con "un resultado de primera clase", puesto que, a su juicio, ha quedado claro que no habrá marcha atrás. "Se dejará a la Presidencia irlandesa la tarea de juzgar cuándo se aceptarán las condiciones para que se pueda lograr un éxito", dijo.

Aznar explicó que "a todas estas posibilidades se han ido cerrando puertas, no había el punto de maduración suficiente sobre estos temas". "Los acuerdos necesitan voluntad positiva", dijo el jefe del Ejecutivo español, que recordó que los trabajos continuarán en los próximos meses y que el objetivo de acabar las conversaciones de la Conferencia Intergubernamental era "una ambición grande", puesto que ninguna de las anteriores Cumbres finalizó en la misma Presidencia en la que se inició. "Éste era un escenario posible", explicó.

El presidente francés, que no quiso que sus palabras se entendieran como una crítica a España y Polonia, sí habló de fracaso en esta Cumbre. Las causas, dijo, no son tanto la entrada de nuevos países en la UE como las "ciertas diferencias de cultura" entre los países fundadores o que tienen "una larga experiencia en la Unión con aquellos países que "no tienen la misma visión".

Así, Chirac apostó por establecer un grupo de "países pioneros", que avance más rápido en cuestiones como Defensa, Justicia o Economía, que no hizo mucha gracia a Aznar. El jefe del Ejecutivo español aseguró que no cree que esté en "el espíritu de nadie" lanzar una Europa de doble velocidad. "Europa tienen sus reglas y hay que respetar los tratados siempre", dijo.

Tras esta Cumbre, 'los 25' seguirán discutiendo el texto constitucional durante la Presidencia irlandesa, que comenzará en enero, y sin un plazo para finalizar los trabajos. Berlusconi, además, cree que las elecciones generales que habrá en marzo en España podrían dificultar un acuerdo durante el próximo semestre. Aznar, en cambio, se mostró convencido de que "no habrá ningún vacío institucional" y de que "el Gobierno seguirá con una trayectoria coherente según su visión de Europa".

NO HABRÁ ACUERDO ANTES DE MARZO

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, fue más tajante. "No creo que antes de marzo haya un acuerdo, no hay suficiente voluntad política para alcanzar un acuerdo", sentenció. Tony Blair, primer ministro británico, se mostró mucho más optimista y aseguró que "si hubiéramos estado negociando durante tres noches seguidas, hubiéramos llegado a un acuerdo". De hecho, descartó que esta Cumbre pueda entenderse como el comienzo de una crisis en el seno de la UE. "Es importante darse cuenta de que los cambios institucionales van a hacerse en siete años y aún tenemos tiempo para llegar a un acuerdo", dijo.

La escueta declaración de un único párrafo que se aprobó insta a Irlanda a iniciar consultas bajo su Presidencia y a informar de "perspectivas de progreso" en el próximo Consejo de Primavera, que tendrá lugar en marzo. "El Consejo Europeo toma nota de que no ha sido posible para la Conferencia Intergubernamental de lograr un acuerdo global sobre el proyecto de Tratado constitucional en este momento", se asegura. Los dirigentes europeos estudiaron redactar una declaración más extensa, que incluyera la necesidad de salvar el espíritu de la Convención, pero tampoco hubo acuerdo en este sentido.

 
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