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Aznar acusa al PSOE de poner a España "patas arriba"

Dice que los socialistas buscan ocultar problemas internos

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha mantenido hoy el primer despacho del verano con el Rey Juan Carlos. En la rueda de prensa posterior, repasó todos los asuntos de la actualidad política.

Acusó al PSOE de pretender poner a España "patas arriba" para resolver problemas internos de proyecto y liderazgo. Habló de su sucesor, del que dijo tener "alguna idea" sobre quién será, aunque también afirmó que pasarán "unos meses" hasta que se sepa. Al lehendakari, Juan José Ibarretxe, le advirtió que no permitirá que tire al País Vasco "al abismo" porque su plan supone "doblar la rodilla" ante ETA.

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Aznar admitió que ha sido un año "difícil y con muchos retos", pero se mostró convencido de que el balance debe ser "muy positivo". Se refirió a la reforma del sistema educativo, de la justicia y en materias como seguridad ciudadana o inmigración. Aludió a la guerra contra Irak dentro de los "desafíos y retos que han puesto a prueba la capacidad de reacción de este país". "España es hoy un país más fuerte, más sólido y hemos ganado espacios de libertad", fue su conclusión.

En todo su intervención ante los medios, Aznar fue muy crítico con el PSOE. Cree Aznar que los socialistas quieren poner "patas arriba" el entramado institucional de España para resolver sus "serios" problemas internos de dirección y de proyecto. Para el presidente del Gobierno, una de las claves de los últimos 25 años ha sido "mantener los pactos fundamentales de la Transición".

Si ahora se empiezan a revisar estos pactos, según Aznar, se perderán oportunidades "verdaderamente valiosas". "No tiene sentido", dijo el jefe del Ejecutivo, que se mostró partidario de la "estabilidad institucional" y de no hacer "ningún tipo de reformas ni de ocurrencias al respecto". El temor de Aznar es que, de abrirse este proceso de reformas, "nunca se sabe exactamente cuándo se cierran".

No llegó a citar al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pero se dirigió claramente a él al asegurar que "algunos se tendrían que dar cuenta de eso, sobre todo si se tiene la

responsabilidad de un partido nacional". Tampoco citó al presidente del PSC, Pasqual Maragall, pero criticó su propuesta de reforma del Estatuto. Al PSOE en su conjunto, Aznar le pidió "una visión más completa del país y sus necesidades".

PROBLEMAS INTERNOS

"Me parece intentar resolver problemas internos a costa de los demás", dijo Aznar, convencido de que el PSOE pasa por dificultades en el País Vasco, Navarra, Cataluña, Madrid y Málaga, con la crisis en el Ayuntamiento de Marbella. "Hay problemas en demasiados sitios", dijo. "Es bueno que los partidos tengan una dirección sólida y una idea conjunta y común del país para que las cosas puedan funcionar",

sentenció.

Hubo otro ataque al PSOE, según Aznar, por "cifrar sus esperanzas políticas" en el fracaso del Ejército español en Irak. "Hay gente que lo único que espera es que tengamos la desgracia, y no e han ocultado en decirlo, de ver a nuestros soldados que vuelvan en féretros", dijo, mientras que "los demás, los que sabemos lo que estamos haciendo, respaldamos a esos soldados profesionales".

Pero las críticas no se quedaron en los socialistas, sino que Aznar fue muy duro con el nacionalismo vasco. Consideró el plan del lehendakari, Juan José Ibarretxe, como una "sumisión a los postulados políticos del terrorismo", como una forma de "doblar la rodilla" ante ETA que "borra el País Vasco de España, borra la Constitución española de España y la convivencia del País Vasco".

El jefe del Ejecutivo aseguró que no es él quien tiene que avanzar sus movimientos, puesto que se sabe que va a defender la Constitución y el Estatuto de Gernika. A su juicio, es el Gobierno vasco el que debe aclarar "si está dispuesto a materializar" un proyecto que la sociedad española "no lo va a aceptar, de ninguna manera, y la sociedad vasca tampoco" para evitar que "alguien" lleve al País Vasco "por el abismo".

"Vivimos en un país en el que las víctimas son las que crispan o los párrocos son los que se tienen que despedir de la parroquia por la presión intolerable del nacionalismo", criticó, en referencia a

Jaime Larrinaga, ex párroco de Maruri. Lo que hace falta, dijo, es que "los que tienen responsabilidad en el País Vasco pongan todo de su parte y toda su voluntad para terminar con el terrorismo, no para ver cómo éste consigue ventajas, no para darles ventajas ni dar la razón a los terroristas, sino para acabar con ellos".

Aznar relajó el tono de sus declaraciones al hablar de un asunto interno del PP, su sucesión, cuando una periodista le preguntó quién acudirá el próximo año a estos despachos con el Rey. "Estará el presidente del Gobierno; si me pregunta usted quién va a ser, tengo alguna idea, pero usted tiene una cara de mujer listísima como para pensar que yo le voy a dar un nombre a estas alturas", dijo.

"Podemos pasar unos meses sin ello", apostilló. Confirmó Aznar que intervendrá ante las Cámaras de representantes en Estados Unidos, aunque todavía no hay fecha para esa visita. En sus últimas vacaciones como presidente del Gobierno, Aznar, se despidió de los medios que cubren su visita anual al Rey. "Como no les veré el año que viene, me alegro de haber estado con ustedes por aquí todas las veces que hayan sido posibles", dijo.

 
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