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La Casa Blanca conocía desde octubre los "dudosos informes" sobre la compra de uranio en Niger

Según informa hoy el Washington Post, que recuerda que la administración Bush lo ha negado de forma reiterada

Washington

El diario, que cita fuentes gubernamentales, informa en su edición de hoy que el Departamento de Estado recibió copias de esos informes, referidos a Níger, en octubre de 2002 y que después de constatar su "dudosa autenticidad" las entregó a la CIA.

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Hasta ahora, Washington había afirmado que no tuvo los documentos antes del discurso presidencial, en el que se citó al espionaje británico para dar validez a la sospecha de que el régimen de Sadam Husein trataba de impulsar su programa de armas nucleares.

DUDAS SOBRE SU FIABILIDAD

Según las fuentes del periódico, incluso antes de que se recibieran los documentos, en el Departamento de Estado y en la CIA había serias dudas sobre la credibilidad de las informaciones que apuntaban a los intentos iraquíes de comprar uranio en Africa.

Por esta razón, ya desde principios de octubre los responsables del espionaje estadounidense instaron a la Casa Blanca a no incluir el dato en los discursos del presidente por su poca fiabilidad.

La administración estadounidense reconoció en los últimos días que el director de la CIA, George Tenet, logró persuadir a los asesores de Bush para que evitaran una mención prevista al respecto en el discurso que pronunció en Cincinnati el 7 de octubre.

Esa presión no fue suficiente, sin embargo, para retirar la referencia en el discurso sobre el Estado de la Unión de enero y la Casa Blanca optó en última instancia por hacer una referencia más general en la que la fuente principal era el espionaje británico.

Tras una comparecencia ante el Senado el miércoles del director de la CIA, uno de sus asesores, Alan Foley, reveló que fue Robert Joseph, asesor del presidente Bush en materia de no proliferación en el Consejo de Seguridad Nacional, quien insistió en usar el dato.

La Casa Blanca admitió la semana pasada que la afirmación de Bush en su alocución ante el Congreso se había basado en información inexacta y que por lo tanto no debió haberse incluido, error cuya responsabilidad asumió personalmente el director de la CIA.

La información de The Washington Post es un nuevo dato que atizará la polémica sobre las autenticidad de las razones que esgrimieron EEUU y sus aliados para justificar la guerra.

Bush y el primer ministro británico, Tony Blair, defendieron ayer en Washington la acción militar pese a la incapacidad de encontrar los supuestos arsenales de destrucción masiva del derrocado régimen iraquí e insistieron en que Sadam Husein era una amenaza real.

El presidente estadounidense evitó asumir la responsabilidad por la falsedad del informe sobre el uranio y subrayó que su auténtica responsabilidad fue "por tomar la difícil decisión de reunir una coalición militar internacional para derrocar a Sadam Husein".

Bush subrayó que los servicios de espionaje demostraron de manera "clara" que el presidente iraquí "era un amenaza para la seguridad y la paz" internacional.

"Creo con firmeza que estaba intentando reconstituir su programa de armas nucleares", añadió Bush, quien pidió a los "escépticos" que recuerden que a principios de los años 90 "Sadam Husein estaba mucho más cerca de desarrollar armas atómicas de lo que nadie imaginó".

 
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