"Esto no va de fórmulas mágicas, va de honestidad"

Logroño

El galardón está enmarcado en la iniciativa 'Mujeres del Rioja', que se viene desarrollando en el Centro de la Cultura del Rioja, dedicado a las mujeres profesionales del sector del vino en nuestra Comunidad y que ha contado con diferentes jornadas, degustaciones y mesas redondas.

Como colofón a este ciclo de encuentros en torno al vino, este jueves día 7 se procederá a la entrega, por parte del CCR, del I Premio a la Profesional del Rioja, un galardón con el que se pretende homenajear a una profesional del sector cuya carrera haya demostrado su relevancia, atrevimiento, innovación e intuición dentro de la DOCa Rioja.

En la elección de este premio, han participado representantes de Grupo Rioja, Grupo ABC, de Arag-Asaja y de la organización de Mujeres del Rioja. Los miembros del jurado han tenido en cuenta "su sensibilidad, autoexigencia y perseverancia, que han sido la guía en su camino hacia la excelencia vinícola, dejando un legado de pasión y dedicación en cada cosecha".

Ana Barrón, reconocida como pionera en dirección de Viticultura y Enología, ha alcanzado éxito en su carrera con la Dirección Técnica de Marqués de Vargas, donde desempeña un papel clave como responsable en la elaboración de los vinos emblemáticos de la bodega. Desde su posición como enóloga de Marqués de Vargas, Ana ha logrado interpretar fielmente la personalidad de la Finca Pradolagar, plasmando en los vinos la singularidad de este terreno excepcional.

Su pasión por la viticultura y su dedicación absoluta a la elaboración y crianza de estos vinos de finca de larga guarda, se han visto reflejados en cada botella, siendo elogiados sus caldos por los más reconocidos especialistas del mundo del vino, incluyendo Master of Wine, prensa especializada y otras figuras destacadas en el ámbito vitivinícola internacional.

Mujeres formadas y que vienen pisando fuerte

Originaria de Badarán, cuna de garnachas centenarias, Barrón ha forjado su trayectoria profesional entre las zonas vinícolas de La Sonsierra, en La Granja de Nuestra Señora de Remelluri y los horizontes de Logroño. Según explica “crecí en una casa con oficio, con aromas, donde la viticultura estaba bastante arraigada y sí que me gustaba ese mundo, aunque me di cuenta de que no era buena estudiante, que me gustaba más el salseo. Poco a poco frui haciendo camino y subiendo en el escalafón".

Tras completar sus estudios en Burdeos, regresó a su tierra natal equipada con las herramientas necesarias para comprender e interpretar sus propios vinos, “busco identidad, honestidad. Tuve un profesor que decía que para interpretar había que ser honesto. Esto no va de fórmula mágicas, hay que respetar la tierra, la identidad y el suelo en el que estás, y elaborar con honestidad. Detrás del vino siempre hay una historia, y eso es lo que intento transmitir”.

A lo largo de su trayectoria, Barrón reconoce haber visto muchos cambios en el mundo del vino y también en el protagonismo que ha ido ganando la mujer, “cada vez hay más profesionales, mejor formadas, y vienen pisando fuerte. Siempre ha habido mujeres, pero era de otra forma, eran más amas de casa que echaban una mano en la viña, en la bodega e incluso en la venta, siempre apoyando, pero desde la casa. Ahora hay mucha formación, se quiere vivir de otra forma, tener un estilo de vida propio, y no hay vinos para hombre o mujeres o mejor o peor hechos, cada uno, hombres y mujeres, trabaja día a día dando valor a la zona en la que está”.