La OMS alerta sobre el repunte del ciberacoso en Europa durante los últimos años

Logroño

Hablamos de la que sin duda es una de las lacras, sin resolver, de nuestro sistema educativo. El acoso escolar y más concretamente de ese que se ejerce a través de las redes y que va mucho más allá del horario y de las instalaciones del centro educativo. Un informe publicado hace unos días por la Organización Mundial de la Salud alerta sobre el aumento del ciberacoso en Europa y reclama una ‘perspectiva de género’ para abordar el problema, ya que los chicos acosan más que las chicas. Según este informe, los niveles de ‘bullying’ se han mantenido estables desde 2018, que tampoco es una buena noticia, pero se ha incrementado el acoso a través de Internet. Uno de los motivos puede ser la hiperconectividad de los adolescentes. Y es que se estima que los jóvenes pasan hasta seis horas en línea cada día, así que incluso los pequeños cambios en las tasas de acoso pueden tener implicaciones profundas para su salud.

Según el informe, un 3% de los chicos y chicas de 15 años en España asegura haber sufrido acoso en la escuela al menos dos o tres veces al mes. Una cifra que se dispara por encima del 15% en países como Lituania, Letonia y Bulgaria.

Mirando la media europea, uno de cada seis adolescentes sufre ciberacoso. Eso representa un aumento del 12% al 15% entre los chicos y del 13% al 16% entre las chicas desde el 2018, afirma la OMS. Según el estudio, los chicos admiten más acoso a través de Internet (14%) que las chicas (9%). También hay más chicos implicados en peleas físicas, con una diferencia porcentual similar.

La clave contra el ciberacoso es la educación

Joaquín González Cabrera, investigador de UNIR, asegura que el acoso y el ciberacoso están muy vinculados entre sí, cualquiera de los dos métodos es un proceso de victimización entre iguales. El acoso se produce por medios tradicionales y el ciberacoso a través de las TICs, lo que lo hace un problema más pernicioso. Si hay que quedarse con un mal malísimo ese es el ciberacoso porque sale del entorno escolar, llega a cualquier hora del día, se mantiene en el tiempo y queda grabado en las redes sociales”.

Para la víctima, asegura González Cabrera, “la experiencia nos dice que el ciberacoso incide en todos los ámbitos de la vida del menor, especialmente cuando la victimización es estable en el tiempo. Afecta al rendimiento académico generando ansiedad y estrés, provoca pérdida de la calidad de vida y ocasiona contextos tan trágicos como la ideación o la comisión de autolesiones, suicidas o no suicidas. No es un fenómeno para nada inocuo”.

Las soluciones no son fáciles, “porque considero que el fallo lo tenemos los que nos dedicamos a la educación, yo creo que es ahí donde está la vacuna de la prevención. El único remedio contra el ciberacoso es que nunca ocurra, y la herramienta es la educación”.

Beatriz Burgos, presidenta de ACAE Rioja, asegura que “en los casos que atendemos el ciberacoso lo estamos detectando en WhatsApp, Instagram... y el problema que veo yo es que son los iguales los que se pasan los mensajes de unos a otros haciendo cada vez más grande la bola”.

Desde ACAE RIOJA “pedimos a los padres que, aunque sea doloroso, no borren los mensajes, que guarden toda la información, porque hay que justificar ese ciberacoso. Y hay que dejarle muy claro a las personas que lo sufren que ellos no son los culpables, porque en muchos de los casos es lo que suele ocurrir, que se hacen pequeños, en el caso del ciberacoso más”.

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