Importa más la guerra cultural que la cultura
"En la guerra por la cultura, el enemigo es la incultura. No hay manera de vencerlo, porque siempre vuelve. La lucha es la lucha de clases. Es la lucha por acceder a la cultura, por aspirar a que todo el mundo pueda ser culto. La guerra por la cultura se hace con libros, y la guerra cultural con un teléfono"
Importa más la guerra cultural que la cultura
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Barcelona
En el fondo me gustaba leer porque se hacía sentado. Esto viene a propósito de la guerra cultural. Me hice pacifista para no pegar golpe. Entonces, los golpes los daban los militares. La lectura era un pacifismo de silla en el balcón, de sofá monopolizado, de sábado por la mañana en la cama. Y la guerra era sólo la manera de leer, y era también aquel libro de Bertha de Suttner, que se titulaba ¡Abajo las armas! En vez de irme a la guerra cultural, me lancé a la guerra por la cultura. La guerra de nuestros abuelos. Las ganas de aprender. El vicio de leer. El hambre de saber. Consistía la pasión por la cultura en ir a la biblioteca y quedarse boquiabierto delante de las estanterías mirando los libros. Llegaba yo con la idea de leer sobre un tema. Aún no me había dado cuenta de que todavía resultaba más fascinante leer sin tema, leer desde dentro del libro, sin que nada más importase. Leer un libro sencillamente porque existía, leerlo por sí mismo. No había ejércitos en la guerra por la cultura, sólo había personas, todas heridas. La niebla era la de los sueños y bastaba tan solo con meterse dentro. Por ejemplo, con leer en la cola del pan. O reconocerse en alguien que andaba leyendo por la calle con el libro en las manos. Esto ahora vuelve a pasar con el teléfono. Pero no es lo mismo. Un libro nunca te pide nada. No suena, no te llama. Solo espera. Hace muchos siglos que están aquí los libros, saben esperar. En la guerra por la cultura, el enemigo es la incultura. No hay manera de vencerlo, porque siempre vuelve. La lucha es la lucha de clases. Es la lucha por acceder a la cultura, por aspirar a que todo el mundo pueda ser culto. La guerra por la cultura se hace con libros, y la guerra cultural con un teléfono.