Sir William Crookes
Se interesó por lo humano y lo divino, por lo natural y lo sobrenatural. Fue un químico inglés, miembro activo de la Royal Society de Londres (llegando a ser su presidente), catedrático de Química en la Universidad de Chester, y con numerosos reconocimientos a lo largo de su vida por sus descubrimientos científicos como el elemento talio
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SER Historia: William Crookes (27/12/2020)
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Madrid
Las inquietudes científicas de Crookes le llevaron a inventar tintes químicos para la industria textil y construyó saneamientos para el tratamiento de las aguas residuales de cloacas y alcantarillas. Recogió en un tratado la necesidad de obtener abonos químicos a partir del nitrógeno del aire a fin de asegurar el mantenimiento de los cultivos e incluso elaboró una teoría acerca de la telepatía en la que afirmaba que entre los cerebros se podía establecer una comunicación ondulatoria.
Sus contribuciones en el campo de la ciencia fueron fundamentales para asentar las bases que luego dieron paso al descubrimiento del electrón o al invento de la máquina de los rayos X. Además, los tubos de rayos catódicos unas décadas después, posibilitarían la llegada de la televisión.
Crookes combinó muy bien sus dos pasiones: la ciencia más terrenal (inventando el tubo de Crookes para el estudio de las propiedades de los rayos catódicos, así como el radiómetro y el espintariscopio, un detector de partículas), junto con las investigaciones más paracientíficas, sobre todo a raíz de la muerte temprana de su hermano menor Phillip en 1867 de fiebre amarilla, acudiendo desde entonces a muchas sesiones espíritas.
Algunos colegas suyos intentaron desacreditarle por su interés, casi obsesivo, en la metapsíquica ya que no dudó en investigar durante años la realidad o el fraude que había detrás de los supuestos poderes que tenían famosos médiums de la época, creando un laboratorio en su propia casa londinense con todas las medidas de seguridad. De esta manera investigó de cerca a Daniel Dunglas Home, a Eusapia Palladino o a Kate Fox. Y estuvo involucrado en las fascinantes materializaciones del espíritu de Katie King, a través de la joven médium Florence Cook, realizadas bajo el control de la instrumentación más avanzada de la época y que están descritas en el libro de su autoría “Spiritist Facts”. De hecho, en un discurso que pronunció en 1898 en el Congreso de la Asociación Británica, señaló sus conclusiones respecto a este tema: “Han pasado treinta años desde que publiqué las actas de los experimentos destinados a demostrar que, fuera de nuestro conocimiento científico, existe una fuerza psíquica puesta en marcha por una inteligencia diferente de la inteligencia común a todos los mortales”.
Además, fue miembro de The Ghost Club (“El Club Fantasma”, una sociedad de investigación de lo paranormal a la que también pertenecieron Charles Dickens y Conan Doyle), club que presidió entre 1907 y 1912, justo antes de ser nombrado presidente de la Royal Society en 1913.