La VentanaLa opinión de Carles Francino
Opinión

Las lecciones de Mujica

"Me temo que la distancia entre nuestra política y la que propugna este señor están a una distancia no de kilómetros sino de años luz", la opinión de Carles Francino tras la despedida como senador de Pepe Mujica

Madrid

Cuando las cosas se ponen feas, feas de verdad; cuando se entra en bucle y no parece haber salida para nada… es muy recomendable abrir la ventana y buscar algo en el exterior. Así que les propongo un ejemplo.

Madrid y Montevideo están separadas por casi 10.000 kilómetros. Madrid es la capital de España y Montevideo la de Uruguay. En Madrid la pandemia ha provocado miles de muertos y contagiados, en Montevideo unas pocas decenas. Madrid es el epicentro de la gran bronca política, con el Congreso debatiendo hoy una moción de censura de la ultraderecha que acusa al gobierno de provocar miles de muertes y la ruina económica. Y no sé cuántas cosas más. Mientras Montevideo es la ciudad donde se despidió ayer como senador el expresidente Pepe Mujica. Veamos si su discurso de despedida nos puede ayudar en algo. De entrada, el motivo de su renuncia: "Sinceramente me voy porque me está echando la pandemia. Ser senador significa hablar con gente y andar por todos lados. El partido no se juegan en los despacho", explicaba Mujica.

Vale. La primera en la frente. Ahora una de jardines y de defectos:  "Yo tengo mi buena cantidad de defectos. Soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio porque aprendí una dura lección que me impuso la vida: que el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye. Una cosa es la pasión y otra cosa es el cultivo del odio".

¿Qué no ha quedado claro lo del odio? Pues repetimos, y con un mensaje especial dedicado a los jóvenes: "He pasado de todo en la vida. Estar seis meses atado con alambre, con las manos en la espalda. Irme del cuerpo por no poder aguantar en un camión ni estar dos días o tres.. Estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que bañarme con un frasco en una taza de agua con un pañuelo. He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie. Y le quiero transmitir a los jóvenes: hay que darle gracias a la vida, triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae". 

Y un último ejemplo, en este caso de respeto mutuo entre adversarios. Pepe Mujica, que tiene ya 85 años, recuerda a un diputado ya fallecido, a un liberal: "Un liberal de marca mayor, no un liberal en economía. En la humanística supimos ser adversarios sin una ofensa a lo largo de los años. Y cuando me tocó ser ministro me llamó por ahí, en un boliche, me dijo «Pepe, ten cuidado con esto y con esto, y cuando vayas al firmar algún papel, fíjate que lo haya revisado algún abogado de oficio». Y cuando se enteró que teníamos contradicción en nuestro gobierno me llamó. Un hombre de categoría superior que no está entre nosotros y lo quiero nombrar como un símbolo de algo perdurable que hay que conservar, que es la bonhomía, a pesar de las rispideces del sistema político de este país".

Este país, ¿cuál? ¿el suyo, el nuestro? Yo creo que vale para los dos. Entonces, ¿qué? ¿Nos sirve de algo este discurso? ¿Alguien podría tomar nota, sacar conclusiones? Ojalá. Porque me temo que la distancia entre nuestra política y la que propugna este señor están a una distancia no de kilómetros sino de años luz. Y es una pena. Y lo sufrimos todos.

 
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