El peligro del "a mí usted qué me cuenta"

Madrid

Este virus es así de canalla. Nos obliga a protegernos de los nuestros, de nuestro entorno social, de la familia, de los amigos. Eso lo aprendimos rapido pero lo hemos olvidado pronto.

En este contexto, nadie puede sacudirse la responsabilidad, que somos muy dados a parapetarnos en el: "Y a mí usted qué me cuenta". Los mayores que no se ponen la mascarilla dicen que son los jóvenes; los dueños de las discotecas dicen que son los botellones; los consejeros dicen que son los ciudadanos que no hacen caso; los empresarios del campo dicen que son otros empresarios del campo no ellos;  el ministerio de Sanidad dice que son las comunidades, las comunidades que es el Gobierno, los ayuntamientos que son las comunidades; Ayuso que es Barajas; Galicia que son los que vienen de fuera.

Pues eso, y a mí qué me cuenta si siempre encontraré a alguien que sea más culpable que yo. En fin, que no hay que darle muchas vueltas, simplemente lo estamos haciendo mal, vamos a dejar de comportarnos como niños. Vamos a dejar de hacernos trampas al solitario, porque en el pasado ya subestimamos el comportamiento del virus. En el pasado ya se equivocaron los expertos, interpretaron mal los datos, solo vieron el tren cuando ya nos había arrollado.