Bronca en colores
"Hoy celebramos quince años de la aprobación en España de la ley del matrimonio igualitario (...) fuimos -y somos- un país pionero en este sentido, pero ¿cómo lo estamos celebrando? Pues con una bronca por si la bandera arcoíris puede ondear o no en edificios oficiales", la opinión de Carles Francino
Madrid
Somos un país realmente curioso, de contrastes. Eso tiene una ventaja: permite que no nos aburramos, aunque a veces esos contrastes resultan fatigosos, cuando no irritantes. Hoy celebramos quince años de la aprobación en España de la ley del matrimonio igualitario; o sea, que desde el 30 de junio de 2005 dos personas del mismo sexo pueden casarse, con todo lo que eso implica a nivel sentimental y de reconocimiento de derechos; fuimos -y somos- un país pionero en este sentido, pero… ¿cómo lo estamos celebrando? Pues con una bronca por si la bandera arcoíris puede ondear o no en edificios oficiales.
El Tribunal Supremo ha sentenciado recientemente que no, aunque varios ayuntamientos e instituciones diversas la han seguido colocando, ya sea con mástil, en el balcón, en la fachada o donde sea. ¡Ah! Y como guinda del pastel, la Asociación de Abogados Cristianos se ha querellado contra la directora de la Guardia Civil porque en la cuenta oficial de la institución aparecen desde el viernes los colores que simbolizan los derechos LGTBI. Los querellantes aseguran -entre otras cosas- que eso no respeta la neutralidad porque se hace ideología. Y ahí llega lo que decía yo antes del hartazgo. Que quince años después de aprobarse, por ley, lo del matrimonio; que, con la constitución, que viene de bastante más atrás y avala la no discriminación por razones de orientación sexual, y con la ley de bases del régimen local que otorga competencias a los ayuntamientos para promover la igualdad y la sensibilización en esta materia, que estemos aun teniendo que dar explicaciones y saltando obstáculos, a mí no me aburre -lo reconozco- pero a veces me cansa.