Aviso para despistados
"Parece que sólo hay dos cosas que importan; o que pesan más que el resto: los bares y el fútbol. Que están muy bien, ¿eh? Las dos cosas. Son fantásticas. Pero yo tengo la sensación de que nos hemos agarrado a ello como válvula de escape", la opinión de Carles Francino

undefined
Madrid
Bienvenidos a esta ‘Ventana’ de la resistencia y el semiconfinamiento, en un país donde estamos viviendo algo un poco raro. No me refiero a la constante refriega política, a la bronca permanente en mitad de una emergencia nacional. No, eso -por desgracia- ya lo sabemos, o ya nos hemos acostumbrado. Una derecha cada vez más ultra, faltona y desacomplejada que persigue desde el minuto uno sacar provecho de esta desgracia; y un gobierno cada vez menos creíble, convertido en una máquina de contradicciones y especialista en meter la pata sobre todo a la hora de explicar las cosas. No, ese paisaje -para desdicha nuestra- ya lo conocemos.
A lo que me refiero como fenómeno raro es a que, de repente, con la relajación del confinamiento, parece que sólo hay dos cosas que importan; o que pesan más que el resto: los bares y el fútbol. Que están muy bien, ¿eh? Las dos cosas. Son fantásticas. Pero yo tengo la sensación de que nos hemos agarrado a ello como válvula de escape. Al fútbol a los bares, a las playas, al monte…lo entiendo. Se entiende, perfectamente.
Sólo pediría -o yo al menos voy a intentarlo- que no nos olvidemos de la sanidad, de la educación, de la pobreza, de la desigualdad, de la precariedad, de la brecha digital, del pequeño comercio; o sea, de los grandes problemas estructurales que ha desnudado esta pandemia. Y que no se arreglan ni con una de gambas ni cantando un gol de Messi. Eso ayuda, sin duda, pero no es suficiente. Así que, por favor, no nos despistemos otra vez.