Harto de enredos
"Lo de hoy del PP en el Congreso de cargarle a Pablo Iglesias los muertos de las residencias de mayores, eso ya es de traca. ¿Pero es que no tiene freno esta gente, no tienen límite? Al gobierno se le pueden criticar un montón de cosas, desde cómo las hace hasta cómo las comunica. Un montón. Pero ¿todas, todas, todas las decisiones que toma en esta crisis son equivocadas, o interesadas, o mentirosas?", la opinión de Carles Francino
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Madrid
Bienvenidos a esta ‘Ventana de la resistencia y el confinamiento’. Hoy es el día después de dos cosas: del dolor y el gran homenaje que tributamos ayer a Michael Robinson. Por eso le robamos el título de su recordado programa de tele. Y también el día después de saber qué pinta tiene el horizonte. Esa rayita que dibujábamos de pequeños al final del mar y que hoy empieza a tener algunos contornos. Son contornos todavía difusos, es verdad, pero poder pensar ya de manera cercana en peluquerías abiertas, en bares, en restaurantes, en pequeños comercios, en playas, en poder enterrar a los que mueren sin el sufrimiento añadido de la clandestinidad forzosa… Bueno, todo eso nos indica que queda menos, que ya estamos más cerca del final.
Se podrá discutir si lo de las cuatro fases son muchas o pocas, si la unidad territorial de medida tiene que ser la provincia o las áreas de salud, si es poco o mucho el treinta por ciento de aforo para cines y teatros… Como discutir se puede discutir todo. Y siempre. Pero yo, yo al menos personalmente, estoy bastante harto de que a cada paso, a cada anuncio del gobierno, le sucedan automáticamente ataques y descalifcaciones cada vez más gruesas.
Lo de hoy del PP en el Congreso de cargarle a Pablo Iglesias los muertos de las residencias de mayores, eso ya es de traca. ¿Pero es que no tiene freno esta gente, no tienen límite?
Al gobierno se le pueden criticar un montón de cosas, desde cómo las hace hasta cómo las comunica. Un montón. Pero ¿todas, todas, todas las decisiones que toma en esta crisis son equivocadas, o interesadas, o mentirosas? ¿No se salva nada? Ya no sólo del gobierno sino del puñado de expertos que le asesora. Y después: ¿es tan distinto lo que hace Italia, Francia, Alemania? En este momento, quiero decir, en desescalar, en poner el motor económico y social en marcha otra vez. Unos abren colegios antes que otros, unos permiten el fútbol y otros no, los bares, las tiendas, las industrias… Pues abrirán con una semana o dos de diferencia. Todo el mundo está en la fase de prueba/error.
¿Que desde el principio hubo cosas que no se hicieron bien? Seguro, segurísimo. Y además algunas están claras. Pero dicho esto, ¿es tan difícil pactar un mínimo de medidas, de itinerarios, de mensajes para transmitirnos a todos un poco de confianza? O de esperanza. Yo creo que los errores -y más en unas circunstancias como estas- se pueden no disculpar pero si entender. Lo que yo no acepto de ninguna manera es la deslealtad y la voluntad de enredar para obtener réditos en un momento tan delicado. Ya sé que la memoria es frágil, pero algunos comportamientos son inolvidables.