La parada de los monstruos
¿Alguien más en este desfile de monstruos, gentes despreciables que solo fungen de perfectos canallas?
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Madrid
Avanzan las monstruosas columnas de coronavirus por tierra, mar y aire, en Italia, Estados Unidos, India, Gran Bretaña, Igualada y Aluche. Pero al tiempo, no menos monstruosas columnas de estúpidos intelectuales de tres al cuarto, ya hemos leído en su día un informe de la OMS, dice un gran tonto, pedante como pocos, se ciernen sobre la ciudadanía que bastante debería tener con pelearse con la fiebre, el dolor y la muerte.
¿Están locos esos imbéciles? Quizá. Les acompañan filósofos a la violeta que escriben inteligentísimas columnas en periódicos serios, ellos que no saben atarse los zapatos pero son expertos, por supuesto, en procesos de distribución mundiales para acabar con el coronavirus.
¿Alguien más en este desfile de monstruos, gentes despreciables que solo fungen de perfectos canallas? Añadamos algunos ejemplares de la llamada clase política.
¿Qué tal queda en esta pasarela Teodoro García Egea, escupidor de sucias salivas mezcladas con huesos de aceituna? Al Ojo le gusta, físico chulesco de sicario del señorito, mande usted don Pablo lo que quiera que aquí seguimos. Hasta donde haga falta.