Cuestión de morro
undefinedVÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
Hay cosas que se ven venir y cuando un día te cuentan que han ocurrido, no te queda otra que responder: “Pues claro, no me extraña”. Hoy tenemos dos ejemplos clarísimos de cosas que se veían venir, y en las que se conectan, además, esta cosa hipermoderna que es el mundo tecnológico y digital, con algo tan antiguo -pero que no caduca, o no debería caducar- como la educación, el respeto.
Me explico: ¿cuántas veces hemos contado historias de actores que interrumpen una función de teatro porque le suena el móvil a algún espectador? Lo peor no es eso, lo peor es que a veces contestan, que entablan conversación. Tenía que llegar el día en el que un teatro requisara los móviles al entrar. Bueno, pues ya ha llegado, y ha sido en Santa Coloma de Gramanet, cerquita de Barcelona.
Segundo ejemplo: lo de ir a la tienda de ropa, probarse una prenda, dejarla ahí y después comprarla por Amazon, que es más barato. Claro, esto ha llegado a un punto que incluso se hace con ropa de bonito, con trajes, con vestidos de fiesta… Tenía que llegar el día en el que alguien dijera: “Si te pruebas el traje, son 15 euros”. Bueno, pues ese día ha llegado también; ya tenemos un establecimiento que lo hace, en este caso en Bilbao.
Conclusión, o moraleja: es triste tener que prohibir o penalizar, es triste; pero es que el morro del personal -o la mala educación- a veces alcanza cotas insoportables. Pero tranquilos que ahora con esto del pin parental vamos a arreglarlo todo en un periquete. Como diría aquel personaje de novela: “Hay que joderse…”.