Hidrogenesse: 20 años de música pop entre sonrisas y sintetizadores
La banda catalana acaba de cumplir dos décadas sobre los escenarios y aprovechamos la efeméride para preguntarles por sus canciones, por su autoexilio en México o por el ansiado retorno de Astrud
Hidrogenesse: 20 años entre 'vocoders'
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Madrid
Hidrogenesse son Genís Segarra y Carlos Ballesteros, un dúo de Barcelona que se estrenó en el año 2000 con un single que repasaba cómo se baila en el siglo XX y que, gracias a todos los que han llegado después —Disfraz de tigre, No hay nada más triste que lo tuyo o Fuig llop fuig— ya lleva 20 años sobre los escenarios.
Con su último disco, Joterías Bobas (Austrohúngaro, 2019), se han conjurado contra la solemnidad para ofrecer algo "bonito, agradable y ligero". Pero las apariencia engañan porque sus composiciones, repletas de sintetizadores y vocoders que luego no puedes dejar de canturrear, son siempre mucho más de lo que parece.
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Hace unas semanas nos invitaron a charlar en su casa y aprovechamos la ocasión para preguntarles por sus canciones —las nuevas y las viejas—, pero también por el procés, por el momento cultural de Barcelona, por su trabajo como productores, por el ansiado retorno de Astrud o por su último proyecto: la banda sonora de una gran exposición retrospectiva sobre el humor absurdo en España que se estrenará el próximo 30 de enero en el CA2M de Móstoles.
Os recomendamos escuchar la entrevista, debidamente editada para que suenen de fondo las canciones de las que hablan, pero a continuación transcribimos los extractos más interesantes de lo que nos han contado:
'JOTERÍAS BOBAS'. "Tocamos en un festival en México y alguien comentó en sus redes que, con lo bonito que era el festival, 'va y aparece Hidrogenesse con sus joterías bobas'. Preguntamos, nos dijeron que podía traducirse como 'mariconadas bobas' y le respondimos diciéndole 'claro que sí'. Como muchas de las canciones las escribimos en México, decidimos que ese iba a ser el título del disco. Pero sí, nos dimos cuenta de que era una buena definición de lo que hacemos".
'LA CARTA EXAGERADA'. "Es una de las canciones de la que estamos más contentos, por la letra y por cómo ha quedado grabada. Hace dos veranos estaba leyendo dos libros a la vez: La vida exagerada de Martín Romaña, de Bryce Echenique, y las memorias de Mark Almond, en las que cuenta que un día decidió dejar la música y anunciarlo en una carta muy pomposa. Al final no se atrevió, claro. Pero yo le iba explicando a Genís los dos personajes y vio que eran lo mismo. De ahí surgió la canción. Nosotros solo le hemos añadido un "¡espabila!" al final. Es algo que nos cuesta tolerar en los demás y desde entonces detectamos muy fácilmente cuándo la gente nos está enviando cartas exageradas. Nos da mucha vergüenza".
LA GRABACIÓN DEL DISCO. "Tenemos un amigo músico en París, Jérémie Orsel, que tiene muchos aparatos y samplers y le pedimos que nos dejara grabar en su casa. Al llegar vimos que también tenía unas librerías, que no sabe ni de dónde habían salido, y había un floppy disk antiguo con sonidos para publicidad en el que había una persona haciendo '¡bom!' en todas las notas del teclado. Decidimos convertir eso en nuestro bajo, como si fuera el barítono de un coro de los años 50".
EL PROCESO CREATIVO. "Solemos empezar con una idea que suele ser una frase. 'Llegaste tarde a la cita', por ejemplo. Eso te da pie a hablar de lo que no ha pasado y del lugar donde dos personas no se encuentran. Empiezas a pensar en eso y luego nos sentamos al piano e intentamos que eso se convierta en música. Nos gusta mucho contar historias y dar consejos a la gente".
- PRÓXIMOS CONCIERTOS
LOS GANCHOS. "Lo que nos gusta es hacer música. Si no, estaríamos escribiendo libros. Y haríamos música solo con ganchos. Chistes de dos notas que le dan sentido a una canción larguísima de cinco minutos".
CONTRA LO SOLEMNE. "Estamos en una época en la que a la gente le gustan las cosas apocalípticas, el sufrimiento y los relatos bélicos. No soportamos más esos traumas e insultos, ni tampoco a la gente pomposa. El disco es una reacción a toda esa fealdad. Nos propusimos hacer un disco bonito, agradable y ligero".
EL 'PROCÉS'. "La gente quiere que te posiciones en un bando o en el otro y por si dabas la espalda a eso, inventaron palabras como equidistantes o tibios. Los años del procés fueron terroríficos, nosotros lo pasamos muy mal. Siempre puedes sobrevivir riéndote, incluso de una guerra, pero el ambiente era muy feo. No solo por eso: también el brexit, Brasil... Un amigo nos dijo que al irnos a México lo que habíamos hecho era apartar la cabeza del nubarrón para ver otras cosas. Fue como un autoexilio. Intercambiamos nuestra casa con una mexicana y nos fuimos".
BARCELONA. "Si ves la tele o te lees noticias en internet o en los periódicos, tu percepción de la realidad es una. Pero la realidad no es así. Es como si hubiese unas calles para unos y otras para otros. En los momentos más feos hacíamos el ejercicio de ir a dar un paseo y comprobábamos que Barcelona sigue siendo la misma ciudad que hace 10 años. La gente vive igual y se trata igual. No hay ninguna crispación que haya destruido nada. Barcelona no está en guerra ni lo ha estado en ningún momento. Lo parecía si prestabas atención a los medios, pero los medios no son la realidad. Aquí no estaba pasando lo que decían que pasaba".
LA TRISTEZA. "Siempre triunfa la atracción por el dolor. Los discos más valorados son los que hablan de un trauma o una ruptura. FKA twigs, Bjork, Nick Cave... Al que llora se le toma más en serio y la música de baile, la música alegre o la música infantil se considera música de segunda. ¡Eso siempre nos ha dado rabia! Yo estoy en un momento de mi vida en el que no quiero ir al cine a ver dramas".
RITMOS LATINOS. "Nos hacía gracia el chiste de que, en el año en el que nos tocaba, como a todos, grabar ritmos latinos —reguetón, perreo y tal— hemos hecho una canción latina antigua compuesta por un italiano. Yo mismo puedo ser el que examina y el juez, y me suspendo a mí mismo. Pero queríamos hacer un homenaje a América Latina y nos dimos cuenta de que esa canción ya estaba hecha. Maracas, de Paolo Conte, ya explica de manera extraña esa fascinación y esa nostalgia. El reguetón está muy bien, pero hay muchas más cosas. ¿Qué íbamos nosotros a aportar grabando un reguetón? ¡Nada! No le iba a interesar a nadie. Además nosotros somos reaccionarios de por sí. Primero pensamos en hacer mambos y chachachás, pero luego descubrimos el danzón, que es un baile aún más antiguo que nació en Cuba y se hizo muy popular en México. Nos obsesionamos con sus estructuras y dijimos: ¡vamos a hacer eso!".
20 AÑOS DE CARRERA. "No somos y nostálgicos y no solemos escuchar nuestros discos. Las canciones que funcionan las seguimos tocando. En cada concierto tocamos Así se baila el siglo XX, que fue el primer single que nos publicaron antes de crear nuestro propio sello, pero lo hacemos con los sonidos y los instrumentos de ahora. Es como un saco que has ido llenando. Metes la mano en el saco y sacas una u otra. Pero no sentimos nostalgia de nosotros mismos".
'DISFRAZ DE TIGRE'. "De repente conectamos varias anécdotas de diferentes personas y caímos en que era la misma persona. Un niño de clase que, al preguntarle de dónde venía, dijo delante de todos: 'Yo he venido de mi casa'. Y en unlibro que me estaba leyendo, un niño que se estaba probando un disfraz creyó ser eso. No un tigre sino un disfraz de tigre. Creamos ese personaje. Como en La carta exagerada. Fue el mismo proceso y la verdad es que, haciéndola, nos divertimos muchísimo".
PRODUCTORES. "Lo peor de hacer canciones es componerlas. Nosotros no somos Burt Bacharach o Cole Porter. Somos Carlos y Genís intentando hacer rimas que expliquen cosas divertidas. Si alguien tiene una canción que ya está escrita, intentar hacerla comercial y rara a la vez, pero con ganchos y giros, ¡es muy guay! Toda nuestra imaginación se concentra en el arreglo y eso es un placer. Cuesta dar con personas con las que tengas esa confianza porque no somos simples productores a los que contratas. Siempre tiene que haber un punto de colaboración artística".
ASTRUD. "No voy a hacer ninguna carta exagerada. Solo te puedo decir la verdad, que es que Manolo decidió dejar de hacer música y está dedicado a su pasión y su trabajo: la investigación filosófica. Si algún día Manolo quiere volver a hacer música, ya la hará. Y si la quiere volver a hacer conmigo o solo, o con un coro búlgaro o con 50 personas, será la decisión que él tome. No hay ningún misterio".
EXPOSICIÓN. "El 30 de enero se estrena el CA2M de Móstoles la exposición Humor absurdo. Una constelación del disparate en España. La comisaria es Mery Cuesta y ella ha hecho una recopilación analizando qué cosas le distinguen. Desde Goya a Los Ganglios pasando por Muchachada Nui: cine, literatura, cómics, televisión... ¡y muchos cómicos! A Mery se le quedó un poco colgada la parte musical y nos pidió que hiciéramos una piezas que resumen todo —desde los organillos de las verbenas en las que se divertía Gómez de la serna hasta los chistes de Chiquito de la Calzada— y que sonarán en la última sala de la exposición. Ha estado muy bien porque nos ha obligado a descubrir muchas cosas que no conocíamos.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...