Hackeados, pero no hundidos
Madrid
Supongo que muchos de ustedes conocen aquel refrán que dice -más o menos- que te acuerdas de Santa Bárbara solo cuando truena. ¿Qué quiere decir eso? Que determinados peligros que forman parte del paisaje los ignoramos hasta que las señales sean demasiado evidentes.
Confieso que me he dado de cabeza con ese refrán. Esta mañana, cuando he llegado a la radio, me he encontrado al poeta Joan Margarit y me ha dicho: “¡os han hackeado, os han hackeado!”. Yo no sabía nada, porque nada se había notado en antena. Pero es verdad, la Cadena SER, toda la cadena SER y otras empresas hemos sufrido un ataque informático masivo -que el CNI, por cierto, considera muy grave- con un virus de esos que se multiplica a velocidad de vértigo y que puede cargarse redes enteras.
¿Qué nos revela eso que nos ha pasado hoy? Nos revela varias cosas. Primero que en el mundo digital todos, absolutamente todos, somos vulnerables, que la seguridad al 100% es una quimera, que la delincuencia -la ciberdelincuencia- ha encontrado otro filón porque esa gente lo que hace es pedir pasta. Exigir un rescate que obviamente nosotros no vamos a pagar, no hace falta ni entrar a hablar de ello pero es eso, un chantaje, una extorsión. Y un sabotaje que ocurre además en un momento, yo no soy conspiranoico pero es un momento especial: semana de elecciones, todo el lío de Catalunya, medio de comunicación… Yo lo dejo ahí, pero no creo mucho en las casualidades.
Pero la última conclusión, y desde luego para mí la más relevante, es que a pesar del daño, de los problemas, que hay muchos, y de lo difícil que será pillarles sean rusos o quienes sean, me da igual. A pesar de todo esto, la radio no ha parado ni un minuto. Porque antes de internet, de las redes sociales, de los virus de los piratas; antes de todo, la radio ya estaba ahí, y ahí seguirá, ahí seguiremos.