Proletarios digitales

Madrid

Los que ya tenemos una edad estamos acostumbrados a que un día como hoy, primero de mayo, afloren casi todas las palabras del vocabulario sociolaboral que aprendimos hacemos un montón de años. Derechos, explotación, huelga, salarios, horarios, manifestación, despidos, empresarios, conciliación, trabajadores…. Pero hete aquí que hoy he descubierto un concepto nuevo y creo que tiene toda la razón de ser: proletariado digital. El invento no es mío, ¿eh? Le corresponde a un filósofo alemán, Markus Gabriel, al que hoy entrevistan en el diario “El País”.

Este hombre, este pensador, define a los gurús de Silicon Valley y las redes sociales como “grandes criminales” porque son ellos, precisamente -dice- quienes nos han convertido en eso: en proletarios digitales a su servicio. Su último libro, titulado “el sentido del pensamiento” plantea la paradoja de que hoy los seres humanos tienen más conocimientos que nunca, pero que tampoco nunca han sentido que saben menos. Eso tendría que ver con las “fake news”, claro, con las mentiras al por mayor; pero también con la crisis de representación, es decir, no fiarse ni de los políticos, ni de los medios tradicionales, ni de las instituciones, ni de nada. Markus Gabriel lo tiene muy claro: trabajamos para Facebook o para Google. Porque con sus algoritmos, su software, su inteligencia…y aprovechando el rastro que dejamos, nos convierten en adictos.

Este filósofo habla también de una efervescencia sentimental inducida, en contra de la razón y el pensamiento, que explicaría el triunfo de la política identitaria, el egoísmo y el resentimiento. Yo no sé si a este hombre le picó de pequeño el virus del catastrofismo o tiene más razón que un santo. Me inclino a pensar más lo segundo que lo primero. Pero es que hoy, además, al ver al fundador de Facebook, a Marck Zuckerberg, anunciar que se compromete con la defensa de la privacidad y decir que “el futuro es privado”… después de todo lo que ha ocurrido en Facebook, del robo de datos, de noticias falsas, de interferencias en procesos electorales… En fin, criminales no sé, pero que se cachondean un poco de nosotros, eso sí lo tengo bastante claro.