La trampa del Fairy

Madrid

Mientras los partidos y sus dirigentes andan afilando las hachas de guerra para el alud de elecciones que nos acecha a la vuelta de la esquina, el juicio contra los secesionistas catalanes sigue su curso en el Tribunal Supremo. Estos días, con la esperada presencia de los testigos políticos, morbo tras morbo, que ya se queda la cosa para los actores más bien secundarios. Con todo, hay momentos estelares, el chispazo de un declarante, la agudeza de un defensor.

Ayer, durante algunas horas, flotaron en la sala un par de respuestas del ex delegado del gobierno de Rajoy en Cataluña, Enric Millo. Una de ellas fue la explicación sobre la llamada “trampa del Fairy”, novedosa táctica de ataque y contraataque insurgente que muy pronto se estudiará en las más sólidas academias militares del mundo entero como gran ejemplo. Qué hacer contra semejante arma secreta, vino a decir el atribulado funcionario.

Otra frase interesante fue que la declaración unilateral de independencia, dui, no era una broma sino que iba en serio. La confesión tiene su aquel porque es cierto que aquella acción que debía ser la combinación sublime del ansia de independencia de un pueblo oprimido se quedó, por la desastrosa actuación de Puigdemont, en el gag ridículo de una película cómica con Peter Sellers en el papel estelar. Todavía hoy dudamos si reír o llorar.