Confirmar lo obvio
Urkullu cuenta lo evidente: que a Puigdemont le temblaron las canillas el 26 de octubre, y que Rajoy se lanzó al 155 con muy poquitas ganas
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Jornada de reafirmaciones y constataciones de lo obvio en el Tribunal Supremo, aunque algunos periodistas y comentaristas de la cosa nos hagan el numerito de la cabra. Llega Urkullu –hoy con el día funcionario Buster Keaton- y dice, exactamente, lo que todos sabíamos: que entre junio y octubre de 2017 realizó una labor de “intermediación” entre el Gobierno central y el catalán. O sea, entre Rajoy y Puigdemont. Usted y usted, incluso el del sombrero de la última fila lo sabían, pero nada, varios plumillas y contertulios se obligan a poner cara de asombro ante lo requetesabido. Urkullu, además, cuenta lo evidente, que a Puigdemont le temblaron las canillas el 26 de octubre, y que Rajoy se lanzó al 155 con muy poquitas ganas. Vamos, lo contado una y mil veces.
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Y ya metidos en confirmar lo obvio, pudimos contemplar ayer la constatación de que Juan Ignacio Zoido, en dura competencia con el condecorador de vírgenes, Jorge Fernández Díaz, ha sido el ministro del Interior más incompetente de los últimos años. Nunca se enteró de que había urnas hasta hartarse para el referéndum del 1-O, y fueron los mandos policiales quienes decidieron sacar las porras a pasear aquella triste jornada. Culpables, los subordinados. Eligió bien Rajoy a sus dos ministros del orden. Qué bárbaro. ¿Más confirmaciones? Pues sí, que Rufián se cree Gila pero es Arévalo.