Bécquer en Soria
El pintor Valeriano y el poeta Gustavo Adolfo, sevillanos, eran hijos del pintor José Domínguez Bécquer
SER Historia: Soria Universal (04/11/2018)
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Madrid
El poeta prescinde del primer apellido del padre. Huérfanos de padre en 1846 y de madre en 1847, Gustavo Adolfo abandona los estudios de pintura y se traslada a Madrid en 1854 con una mano delante y otra detrás, para intentar vivir de sus artículos, como ya lo había hecho en Sevilla. En 1858 enferma de tuberculosis y al parecer también de sífilis. Y conoce en la consulta madrileña del médico Francisco Esteban, especialista en enfermedades venéreas, a la soriana Casta Esteban. Gustavo Adolfo dedica a una joven de Valladolid, que no le correspondía, Cartas literarias a una mujer, publicadas en el periódico El Contemporáneo. Éste y otros amores fracasados inspiran sus Rimas, reunidas en el cuaderno El libro de los gorriones, conservado en la Biblioteca Nacional. En mayo de 1861 se casa con Casta Esteban en la iglesia de San Sebastián de Madrid y se van a vivir a Noviercas (Soria). Un año después nace su primer hijo (Gregorio Gustavo Adolfo) en esta misma localidad. Cinco de sus famosas leyendas están inspiradas en estas tierras castellanas como son El Monte de las Ánimas, Los ojos verdes o El rayo de luna. Durante su estancia en el monasterio de Veruela para reponerse de uno de los ataques de tuberculosis, escribe Cartas desde mi celda (1864) recogiendo varias tradiciones del Moncayo. Le acompaña su hermano, que estaba pasando una más de sus malas rachas económicas. El “Espacio Bécquer”, habilitado en la zona del monasterio donde estuvieron alojados los dos hermanos, contiene textos del poeta y dibujos del pintor.
En el Museo del Prado hay cuadros de Valeriano, pintados en 1865-1867, gracias a una beca del Ministerio de Fomento para hacer La Historia de los templos de España, lo cual le permitió recorrer varias regiones, pintando tipos, trajes y costumbres, sobre todo de Soria y Aragón. Enterado de la infidelidad de la esposa, Gustavo Adolfo se separa en 1868. Sus contactos con Soria se rompen. De hecho, el tercer hijo de Casta no es del poeta. En septiembre de ese año ocurre la revolución de La Gloriosa donde la reina Isabel II se tiene que exiliar a Francia y Gustavo Adolfo pierde su puesto de censor de novelas que le había conseguido el ministro de la Gobernación. Después de una estancia en Toledo (donde al parecer escribe y dibuja con su hermano “Los borbones en pelota” bajo el seudónimo de SEM), reside en Madrid, en la vivienda de su amigo Rodríguez Correa. Una vida intensa y enfermiza que termina a los 34 años, el 22 de diciembre de 1870, tres meses justos del fallecimiento de su hermano Valeriano. Sus dos últimas palabras fueron “Todo mortal”. En los días de su agonía, dijo a su amigo Augusto Ferrán: “Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento que muerto seré más y mejor conocido que vivo”. Y se cumplió su deseo y su presentimiento.