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Madrid

¡Lo que se ha perdido el pobre FORGES con la historia de ARCO y la retirada de una obra! Su compañero ‘El roto’ sí ha podido recrear hoy en las páginas de ‘El País’ una evocadora imagen de la censura a partir de unas manos que tapan la mirada adornadas con todo tipo de colores; colores bonitos, chillones, lustrosos, muy “guais”, uno en cada dedo pero tapando los ojos. Está muy bien, porque tiene toda la mala leche condensada de Andrés Rábago. Pero me hubiera encantado también –imagino que como a muchas otras personas– comprobar qué destilaba la cabecita privilegiada de Antonio Fraguas de una historia tan cutre como esta de ARCO; y que desde luego tiene que ver con la flacidez política a la que sí se refería FORGES en su última viñeta.

Si ayer ya fue de traca la decisión de eliminar el montaje “Presos políticos”, de Santiago Sierra, hoy las disculpas públicas de los responsables de Ifema le añaden nuevas gotas de surrealismo; y también de una cierta vergüenza ajena. ¡Es que es muy fuerte…! Ifema pide disculpas por haber retirado la obra, lamenta la controversia creada, desmiente la intención de censurar nada, “aun cuando la percepción pública haya sido esta” –añade textualmente–, y termina diciendo algo así como que “no se repetirá en el futuro”.

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Naturalmente a esta hora nadie ha dimitido por un escándalo que junto a otros de diverso calibre han hecho incluso que el “New York Times” la saque los colores a España por sus recortes –o por sus ataques– a la libertad de expresión.

Así que una vez más hay que recurrir al añorado, al querido, al admirado y admirable FORGES para decir simplemente y tristemente: “país”.