Un animal no es una cosa

Madrid

Probablemente muchas personas se enteren hoy de que según las leyes civiles españolas sus mascotas, los animales de compañía y todos los animales en general son cosas, bienes muebles que se pueden embargar o ser objeto de una partición de herencia, igual que si fueran un coche o una batería de cocina. Afortunadamente, ayer mismo el Congreso de los Diputados admitió a trámite por unanimidad una reforma legislativa que cambiará pronto esta extraña idea y devolverá a los animales al reino de lo que siempre han sido y son, seres vivos.

Lo verdaderamente extraño es que haya habido que esperar hasta 2017 para que nuestros legisladores cayeran en la cuenta de que un perro o una vaca no es una silla y no pueden tener el mismo trato jurídico en el Código Civil. De hecho, en el Código Penal ya se había registrado esa diferencia, para distinguir el daño hecho a los animales del daño hecho a los objetos. Hace también algunos años que los parlamentarios de Alemania, Francia o Portugal se habían ya dado cuenta de que los animales son seres dotados de sensibilidad y que merecen un reconocimiento jurídico especial en el Código Civil y en la Ley Hipotecaria.

Si la reforma española sale adelante, los animales, incluido el ganado, tendrán por fin su propia consideración legal, distinta a la de las personas pero también a de otras formas de vida menos complejas, como las plantas. Las relaciones entre las personas y los animales deberían estar siempre moduladas por el bienestar del animal, de manera que se evite el maltrato, el abandono o una muerte cruel o innecesaria. Ojalá la modificación de la ley civil se lleve a cabo rápidamente.