La pérdida de la inocencia
El president puede evitar que esa arma legal y excepcional, que solo el independentismo ha obligado a desenfundar, no se utilice
La pérdida de la inocencia
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Carles Puigdemont no ha tenido hasta ahora tanta responsabilidad en su manos: evitar a Cataluña la pérdida temporal de su autogobierno y permitir que los catalanes recuperen progresivamente la normalidad dentro del marco legal vigente. No hay encomienda mayor para un político. Y solo depende de él. Este fin de semana ya ha podido ver el borde afilado del 155. El president puede evitar que esa arma legal y excepcional, que solo el independentismo ha obligado a desenfundar, no se utilice. Pero ya debe ser plenamente consciente de qué significa y qué consecuencias tendrá su aplicación. Una aplicación dramática e indeseable pero legítima. Así que mejor elecciones, aunque solo sea para evitar que el incendio siga propagándose.
Esta llegada al borde del precipicio final nos deja cuatro cosas en las que ya ha debido reparar hasta el más recalcitrante de los independentistas: que ningún país europeo reconocería a una Cataluña independizada por esa vía, que las empresas sí se marchan, que la sociedad se fragmenta y que declarar la independencia unilateral es imposible. Hasta ahora una mezcla explosiva de falsedad institucionalizada, ingenuidad y ceguera voluntaria había conseguido que muchos creyeran lo contrario. Esta pérdida de la inocencia supone además una catástrofe para el independentismo: ¿con qué argumentos va a volver a pedir el voto a los suyos prometiendo una independencia que ya todos saben que es imposible por este camino?
Y una clave más: al final de cada proceso siempre emerge el factor humano. Si Puigdemont plantea una declaración de independencia está por ver que a la hora de votar en el Parlament todos sus diputados, tanto del Pdcat como de Erc, estén dispuestos a afrontar hasta 15 años de prisión, arriesgar su libertad, su hacienda y su familia. Quizás tenga ahí un tercer y poderoso motivo para convocar elecciones y frenar esta crisis de Estado.