Vencer o convencer

Madrid

Al margen de la narración de los hechos, de lo que ocurrió ayer en el parlament, de lo que está ocurriendo hoy, de la catarata de querellas, recursos e impugnaciones. Ahora que ya parece inevitable el enfrentamiento, la colisión, déjenme que intente salir y que miremos un poco más allá; más allá de hoy, de la diada del próximo lunes, más allá del 1 de octubre.

Les propongo un nuevo eje para interpretar –y si fuera posible, solucionar– este lío. Ahora mismo hay que optar entre legalidad o ilegalidad, entre hacer política de acuerdo a las normas o saltárselas. Yo no tengo ninguna duda; aquí creo que no es posible la equidistancia. Como no estamos en una dictadura ni en una república bananera, saltarse la ley es un disparate. Muy bien, de acuerdo, no valen equidistancias. Pero también nos podríamos dividir en este asunto –y no hablo sólo de políticos– también nos podríamos dividir entre partidarios de resolverlo con un pacto, el que sea, pero con un pacto; y los partidarios de resolverlo con la derrota inequívoca de la otra parte.

Sí, porque hay españolistas, independentistas, autonomistas, federalistas, mediopensionistas… que quieren arreglar esto pactando. Y hay españolistas, independentistas, autonomistas, federalistas, asimétricos…que quieren la derrota inequívoca de la otra parte.

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Creo que este es un eje con el que también podemos mirar el conflicto. Y como ya sé que mucha gente me dirá –porque ya me lo han dicho– “es que este no es el momento para plantearlo”, pregunto: ¿cuándo será el momento? En los últimos seis años no lo hemos encontrado. ¿En los próximos seis lo encontraremos? la pregunta es muy clara, e insisto: no va sólo para los políticos, aunque también: ¿es usted partidario de resolver este lío mediante un pacto o tiene que ser con la derrota inequívoca de la otra parte? Ahí tampoco debería valer la tan denostada equidistancia.