Comparto, luego existo
¿Qué obtenemos con esta retransmisión casi constante de nuestras vidas? Yo no tengo una respuesta rotunda, pero estaría bien que cada uno haga sus cuentas
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Madrid
No creo que nadie se sorprenda si les digo que a día de hoy en España ya son doce millones de personas las que utilizan Instagram. Esta red social de fotografía y video, propiedad de Facebook, ha experimentado un crecimiento brutal en los últimos años y es la prueba definitiva del nuevo paradigma del siglo, que es: Comparto, luego existo.
La opinión de Francino (30/05/2017) - Comparto, luego existo
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Resulta muy interesante el fenómeno y como cualquier otro debate sobre el universo digital seguro que tendrá defensores a ultranza, detractores acérrimos y afortunadamente un montón de gente sensata y con un cierto sentido del equilibrio.
Pero creo que es algo sobre lo que merece la pena reflexionar; quiero decir, si las cosas han llegado al punto de que una compañera periodista va a un concierto y algunos colegas le afean que no cuelgue fotos al grito de: “Es que si no, es como si no hubieras estado”. Hombre, yo creo que llegados a este punto está bien que le demos una pensada. Por no hablar ya de otros fenómenos más comentados como directamente la dependencia, la adicción adolescente –y no tan adolescente– al exhibicionismo.
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/MEXITHFLZVLVBLOMSOC7N2PZXU.jpg?auth=f4ffb66562c3eb0349df8300ba470c265780d3b3654f8a194828733c21fcd6cb&quality=70&width=650&height=780&smart=true)
CADENA SER
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/MEXITHFLZVLVBLOMSOC7N2PZXU.jpg?auth=f4ffb66562c3eb0349df8300ba470c265780d3b3654f8a194828733c21fcd6cb)
CADENA SER
¿Qué buscamos? y ¿qué obtenemos con esta retransmisión casi constante de nuestras vidas? Yo no tengo una respuesta rotunda, pero estaría bien que cada uno –y cada una– haga sus cuentas. Sin olvidar, por cierto, un pequeño detalle; y es que todas esas imágenes, fotografías, videos, historias colgadas de eso que llamamos “nube”, hacen que esa “nube”, que son gigantescos servidores ubicados a veces en plataformas marinas, esté consumiendo ya tanta energía como toda Italia.
Tampoco está de más recordarlo, aunque eso no creo que evite otro pensamiento filosófico de nuestro tiempo: Si me ven, estoy vivo.