La VentanaLa opinión de Carles Francino
Opinión
LA OPINIÓN DE FRANCINO

Lecciones de Gaudí

Se puede y se debe soñar...pero con los pies en el suelo. Eso es lo que hacía Antonio Gaudí, al que se puede definir precisamente como constructor de sueños porque hizo de la arquitectura un arte, pero donde cada detalle tuviera su razón de ser

La opinión de Francino (31/03/2017) - Lecciones de Gaudí

La opinión de Francino (31/03/2017) - Lecciones de Gaudí

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Madrid

Hace mucho tiempo –quizá demasiado- que la arquitectura e incluso el diseño de las ciudades –o sea, el urbanismo- vive un encendido debate entre espectáculo y utilidad; entre lo hermoso, lo impactante, lo que rompe…y lo estrictamente práctico, lo funcional; o sea aquello que de verdad influye en la vida de las personas y por norma general la mejora.

Yo siempre he pensado que es un debate muy interesante, pero con una base un poco tramposa, o un poco errónea, porque no deberían ser conceptos incompatibles. Hombre, es verdad que en España –y no sólo en España- hemos vivido años atrás una fiebre de megalomanía aguda, de construcciones –sobre todo públicas- faraónicas y de infraestructuras disparatadas; y se ha confundido la buena arquitectura con la gran arquitectura. Claro, todo eso nos ha activado –y con razón- un montón de recelos. Sin embargo eso no debería obligarnos a renunciar, entre otras cosas, a los sueños; porque se puede y se debe soñar...pero con los pies en el suelo.

Eso es lo que hacía Antonio Gaudí, al que se puede definir precisamente como constructor de sueños. ¿Por qué? Pues porque él hizo de la arquitectura un arte, pero donde cada detalle...ya sea una cúpula, una torre, un ángulo, una escalera, un pasamanos, una ventana, sobre todo la ventana,….donde cada detalle tuviera su razón de ser; y la tiene, sin duda.

Hoy les hablamos desde León, desde Casa Botines, obra precisamente del gran Antonio Gaudí. Este edificio se reabre al público después de muchos años de restauración y les aseguro que es una auténtica maravilla. Parece un palacio, además se encuentra en todo el cogollo histórico de la ciudad, pero no se equivoquen: fue concebido como local de negocio y bloque de viviendas; así como suena.

Es la prueba definitiva –una más- de que la historia nos enseña muchas cosas, muchísimas. Sólo hace falta que tengamos ganas y voluntad de aprenderlas

 
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