La primavera, la sangre altera
Yo celebro la condena casi unánime que ha merecido la protesta que ayer protagonizaron un grupo de jóvenes de la CUP en la sede del Partido Popular en Barcelona, pero no puedo por menos de pensar en aquel refrán de los polvos y los lodos
La opinión de Francino (28/03/2017) - La primavera, la sangre altera
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Madrid
Creo que alguien ha leído mal a Miguel Hernández. Lo digo hoy que se cumplen 75 años de su muerte… le ha leído mal o tal vez le ha malinterpretado. Cuando el poeta escribió: “sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre ni es juventud”, primero: eran otros tiempos, hoy felizmente superados. Y segundo: atreverse no es lo mismo que pasarse de frenada.
Viene esto a cuento de la protesta que ayer protagonizaron un grupo de jóvenes de la CUP en la sede del Partido Popular en Barcelona, intentando ocuparla; y viene a cuento sobre todo de la reivindicación, de la defensa que de ese acto han hecho después dirigentes de la formación anticapitalista; o sea, los mayores.
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Vamos a ver, nadie puede sorprenderse porque la CUP lleva en su ideario cargarse el actual sistema; y me parece muy respetable. Pero también creo sería un error dejar a título de inventario o como simple anécdota este episodio. Bastante complicada es ya la situación política como para que incorporemos al paisaje estas prácticas.
Yo celebro la condena casi unánime que ha merecido esa acción...pero no puedo por menos de pensar en aquel refrán de los polvos y los lodos. Si el President de la Generalitat se dedica ahora a predicar por el extranjero que España es como Turquía, donde se utiliza al ejército contra los ciudadanos. Y si el presidente del Gobierno español ha tenido que verle las orejas al lobo para comprometerse a invertir más dinero en Catalunya y a cumplir con sus promesas… ¿de qué nos extrañamos?
Llevan algunos demasiado tiempo sembrando vientos, así que es lógico que recojan tempestades. Lo malo es que ellos llevan paraguas, pero la inmensa mayoría están –o estamos- a la intemperie. Y ojalá eso de ayer pudiéramos ventilarlo con un “la primavera, la sangre altera”. Pero me temo que la cosa no va por ahí.
