Bárcenas y Cospedal

Madrid

La vida está llena de casualidades, de azares, de coincidencias. Lo de hoy no sé si es sólo eso o una cosa pretende tapar la otra, pero no deja de ser curioso –y morboso, también- que Luis Bárcenas y María Dolores de Cospedal acaparen los focos el mismo día. Es curioso –y morboso- porque su enfrentamiento –como saben- llegó incluso a los tribunales, y porque sus dos historias tienen el punto en común de ser ahora noticia...en diferido.

Bárcenas comparece en la Audiencia Nacional por unos hechos que se remontan en algún caso a más de quince años; y Cospedal en el Congreso por un accidente, el del Yak-42, que ocurrió hace trece. Esos plazos, en principio, no hablan muy bien ni de la justicia ni de la política, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y ojalá con Bárcenas aflore más mierda de la que está enterrada en la trama Gürtel; y ojalá Cospedal, ahora ya en calidad de ministra de Defensa, complete el cambio de actitud con las familias del Yak y sea capaz esta tarde de algo tan digno como pedir perdón.

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Hombre, es verdad lo que escribe hoy Almudena Grandes en El País de que Cospedal es Secretaria General de un partido donde algunos de sus integrantes también podían haberse disculpado por la tragedia del metro de Valencia, o del Talgo de Angrois, o del Madrid Arena. Y ha tenido que mediar un informe del Consejo de Estado en este caso del Yak, porque de lo contrario no se hubiera movido ni una hoja.

Tiene razón Almudena en subrayarlo y yo debo estar muy conformista estos días, debe ser la cuesta de enero, pero si ese perdón se produce me voy a alegrar, y voy a felicitar a esas familias, como si hubieran ganado una guerra.