Máster en corrupción
Para luchar eficazmente contra la corrupción, parece que aún estemos en primaria
Madrid
En un tiempo y en un país como el nuestro donde la juventud cotiza como valor absoluto en casi todos los ámbitos, reconforta que alguien con casi 90 años nos regale un chorro de lucidez. Se trata del filósofo Emilio Lledó, que ayer recibió su enésimo reconocimiento, la medalla de oro de la universidad de Barcelona donde fue profesor más de una década, y que mantiene como grito de guerra, que “España necesita políticos decentes”.
No es algo que se le haya ocurrido de la noche a la mañana, por el escándalo de Rita Barberá o por la petición de cárcel para José Antonio Griñán, o por las decenas de sumarios judiciales que están abiertos; no, es algo que él ya mamó estudiando a los filósofos de la antigua Grecia. Porque Aristóteles, por ejemplo, aseguraba que la característica esencial de un político debe ser la decencia; saber que forma parte de una cadena para ayudar a la felicidad y a la justicia de los ciudadanos. Y Platón, Platón fue más allá: “el político no puede tocar ni oro ni plata”. Me estoy imaginando la cara que pondría platón si se asomara sólo por un momento a nuestra realidad.
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En cuanto a Emilio Lledó, no sé si cuando daba clases, allá por los años 70, llegó a imaginarse que en esa misma universidad un día se estudiaría, no la decencia sino lo contrario: la corrupción. Pero así es, ¿eh? , hoy se abre en la universidad de Barcelona el plazo para inscribirse en un máster denominado: “prevención, control y reacción ante la corrupción”. Un máster reglado de dos años que pretende destripar, a partir del conocimiento, las claves de esa lacra que tanto daño nos está haciendo.
Yo creo que es una gran idea porque aquello de: “si no puedes derrotar a tu enemigo, únete a él” podríamos cambiarlo por “para derrotar a tu enemigo, conócele bien”. Y para luchar eficazmente contra la corrupción, parece que aún estemos en primaria. Así que bienvenido este máster y lo que sea.