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LA OPINIÓN DE CARLES FRANCINO

¿Por qué no se callan?

¿No les remueve la conciencia a los señores de los púlpitos cuando a dos chavales en Madrid, por ejemplo, les curran al grito de “maricones de mierda”? ¿No se sienten concernidos?

CADENA SER

Madrid

Esta semana hemos celebrado el Día Internacional contra la Homofobia, que tiene poco de celebración como pueden imaginarse. Es más bien una jornada de denuncia, una oportunidad para reclamar –por enésima vez- que nadie sea discriminado –ni mucho menos perseguido o agredido- por su orientación sexual. Vale, pues seguro que ese día escucharon, leyeron o vieron testimonios de gays, lesbianas, transexuales… que han sufrido en sus propias carnes esa intolerancia; y casi seguro que esos testimonios vendrían acompañados de los correspondientes llamamientos a denunciar, a no pasar por alto, aquellas conductas que fomentan la homofobia; ya sea en la familia, en el colegio, en el ámbito laboral, en la calle….y yo me pregunto: ¿y los púlpitos? ¿Nadie ha pensado que las soflamas de algunos obispos son como echar gasolina al fuego?

El cardenal arzobispo de Valencia, por ejemplo, el ínclito Antonio Cañizares ha vuelto a las andadas al pronunciar un sermón de apoyo a la familia cristiana –cosa que me parece fantástica- pero denunciando una supuesta escalada política en su contra, de la que serían cómplices e instigadores “el imperio gay –el imperio, sí, como si estuviéramos en La Guerra de las Galaxias- y también algunas ideologías feministas. Claro, ¿alguien piensa que estas frases caen en saco roto? ¿Alguien puede ignorar que el machismo, la homofobia, la caspa en definitiva….se alimentan también de estas palabras? Ojo, estas o las del obispo de Alcalá cuando vinculó homosexualidad y prostitución; o las del de San Sebastián considerándola una depravación grave; o el de Málaga, que equiparó el matrimonio homosexual a la unión entre un hombre y un perro…Y no sigo.

Pero, de verdad, -insisto- ¿alguien cree que son inocuas estas sandeces? Yo creo que no…de hecho, al cardenal de Málaga, a Fernando Sebastián, llegaron a abrirle diligencias por sostener que “no es una ofensa considerar la homosexualidad como una deficiencia”. Pero más allá de lo que pueda hacerse con la ley en la mano – y que hay que hacerlo, sin duda- ¿no les remueve la conciencia a los señores de los púlpitos cuando a dos chavales en Madrid, por ejemplo, les curran al grito de “maricones de mierda”? ¿No se sienten concernidos? Que escuchen a su conciencia; porque si la tienen….creo que el ruido se les hará insoportable. Y si no, siempre podremos recetarles aquella frase real de: “¿ por qué no te callas?”

 
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