El primer no
Cualquier salida de la actual situación en el Congreso pasa por el PSOE. Sus votos o su abstención son imprescindibles para que el PP gobierne o para intentar formar un gobierno alternativo
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Madrid
Pedro Sánchez hizo ayer en La Moncloa lo único que puede hacer el líder del principal partido de la oposición, decirle a Rajoy que no lo investirá presidente, ni a él ni a otro candidato del PP, y anunciar que si Rajoy no lo consigue, él, como segundo partido más votado, no renuncia a que España tenga un gobierno de cambio progresista. Y asegura además que lo intentará tendiendo puentes, dispuesto a escuchar. No tiene muchas otras opciones si quiere que el PSOE recobre la credibilidad.
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Pepa Bueno
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Pepa Bueno
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Cualquier salida de la actual situación en el Congreso pasa por el PSOE. Sus votos o su abstención son imprescindibles para que el PP gobierne o para intentar formar un gobierno alternativo. Y ya advirtió Sánchez que volver a convocar elecciones es para él la última opción.
Pero si Rajoy lo tiene difícil, no lo tiene más fácil Sánchez, que además de la presión externa se enfrenta a la pinza interna que puja por desalojarlo del poder socialista. La presidenta andaluza le marcó públicamente los límites antes de ayer. Él le dijo después que las directrices las marca la dirección federal y el secretario general, y ella le contesta en declaraciones a la SER en Andalucía que en última instancia decide el comité federal. Y enfrente, Podemos frotándose las manos ante el espectáculo.
Han pasado sólo cuatro días desde las elecciones y ya empezamos a barajar posibilidades: Pablo Iglesias, jefe del tercer grupo parlamentario, fijó la misma noche electoral sus líneas rojas que van desde el referéndum catalán hasta el proceso constituyente. También conocemos la propuesta de un pacto a tres PP-PSOE-Ciudadanos que pretende Albert Rivera sobre la base de frenar el independentismo y dispuesto incluso a entrar en el gobierno popular. Y Pedro Sánchez intentaría, como hemos dicho, un gobierno alternativo para apuntalar el estado del bienestar y reformar la Constitución. Veremos si es posible encontrar puntos de confluencia porque solo no puede ninguno.
Y un día más preguntamos: ¿Y Rajoy, a quien le corresponde la iniciativa política en primer lugar para conseguir apoyo? ¿Qué propone Rajoy, además de seguir en La Moncloa?