El ritual de la tragedia

Madrid

Buenas tardes por decir algo, porque hoy desde luego no es un buen día. Además, creo que las tragedias aéreas como ésta, que se llevan por delante tantas vidas de golpe activan unos mecanismos muy particulares. Ocurrió hace siete años con el accidente de Spanair y se repite hoy con este de Germanwings. Las sensaciones son, por encima de todo, de duelo, de profundo dolor, porque es imposible no sentirse afectado….pero también de proximidad, de cercanía….en otro sentido: en el de nos podía haber pasado a cualquiera de nosotros.

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Reacción muy comprensible, por otra parte, porque miles, decenas de miles, millones de españoles han viajado alguna vez en avión, muchos habrán pasado por Barcelona, por Alemania….así que es inevitable que este pensamiento te cruce por la cabeza. Y después tenemos el ritual colectivo. Pasamos –hemos pasado ya- del estupor, de la incredulidad…..a poner la maquinaria periodística a pleno rendimiento: buscamos respuestas, escudriñamos el escenario de la tragedia, interrogamos a todo experto habido y por haber que tenga algo que decir sobre aviones, rutas aéreas o montañas escarpadas. Y entre medias se nos van colando las historias de esas vidas truncadas.

Pero en fin, yo creo que todo esto –además de ser nuestro trabajo, de intentar ejercerlo con toda la delicadeza posible y de que resulta imprescindible averiguar qué ha ocurrido- creo que si lo hacemos bien todo esto también nos abriga, y nos reconforta…..fundamentalmente porque nos sentimos juntos. Una alegría colectiva puede tener insatisfechos –siempre los hay- pero una gran desgracia crea vínculos fortísimos, aunque sólo sean temporales. A ese espíritu nos agarramos al abrir hoy 'La Ventana'. Gracias por estar ahí y un abrazo enorme a los familiares.