Corrupción, corrupçao
"La sensación de que los de arriba –al menos unos cuantos- se lo llevan crudo y viven en una burbuja mientras tú vas sacando el bofe provoca una sensación muy desagradable"
La opinión de Carles Francino: 'Corrupción, corrupçao''
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Madrid
Una de las últimas veces que se cruzaron nuestros caminos como países, en clave de competición, fue en octubre de 2009: Brasil derrotó claramente a España para llevarse hacia Río de Janeiro los Juegos Olímpicos de 2016. Ocurrió en Copenhague, luego Madrid volvería a encallar en Buenos Aires y ya se ha retirado de esa carrera olímpica…. pero no es eso lo que nos interesa hoy. La pregunta es por qué seis años después aquel Brasil que andaba como un cohete, que de la mano de lula asombraba al mundo, muestra ahora un perfil que aquí reconocemos tan bien: protestas, descontento, frustración, indignación, incertidumbre. y claro, a la hora de buscar respuestas, pues ahí aparece la crisis económica como es obvio; terminó la etapa expansionista, de crecimiento y ahora vienen mal dadas; la nueva clase media y los que salieron de la miseria para convertirse en ciudadanos digamos normales…o lo pasan mal, o están asustados…o las dos cosas.
Pero además de eso, en Brasil igual que en España, emerge como un leviatán, ¿saben qué?: la corrupción. Eso es lo que podría acabar tumbando a la presidenta Roussef, igual que la ominosa sombra que se proyecta sobre los grandes partidos españoles, en especial el PP, ya señala el final de una época. O sea que es un error –además de un mensaje muy peligroso- pensar que la corrupción sale gratis. Eso que nos costó tanto descubrir en España ya lo están comprobando también en Brasil. Porque los ciudadanos, la gente -como algunos han puesto de moda- puede tolerar estrecheces, sacrificios, renuncias…..pero sólo si se reparten de forma equitativa. La sensación de que los de arriba –al menos unos cuantos- se lo llevan crudo y viven en una burbuja mientras tú vas sacando el bofe provoca una sensación muy desagradable. Y esto es como un volcán: el día que pega un pedo no sabes cuánta lava va a salir; sólo cabe apartarse y esperar a que se calme.