Pactos y suspensos

Madrid

No voy a llenarles la cabeza con más datos de la última encuesta del CIS, de la que supongo que ya conocen lo más destacado: que el PP sería hoy el partido más votado y Podemos superaría al PSOE como segunda opción. Eso ya lo sabemos, pero sí creo que resulta interesante subrayar la consecuencia que provoca. Si hablamos de elecciones generales-que ya veremos cuándo son, vamos a ver si Rajoy no alarga hasta enero- está claro que España dice adiós a un modelo de mayorías absolutas, sean del color que sean; y eso nos aboca, indefectiblemente, a un escenario de pactos y de coaliciones.

Esto puede tener como cara positiva una manera de hacer política, incluso de gobernar, más flexible, más rica en matices. Pero tiene también una cruz, o una posible cruz, un riesgo: que se convierta todo en un auténtico carajal. El dilema es muy claro y creo que el momento político muy interesante. En cualquier caso, al contrario de aquel axioma matemático aquí el orden de los factores sí puede alterar el producto porque antes de las generales tendremos municipales, autonómicas, catalanas y lo primero de todo: elecciones en Andalucía. Y ojo, porque el resultado andaluz va a acabar condicionando todos lo que ocurra después. Claro, porque si Susana Díaz gana las elecciones –como dicen las encuestas- pero sin mayoría absoluta…lo que haga o deje de hacer en materia de pactos contaminará en mayor o menor medida el resto de convocatorias.

De todas formas, todo esto no deja de ser hoy material de análisis y alpiste para tertulianos. Igual sería más relevante que, al menos por alusiones, alguien respondiera por el suspenso general que vuelven a obtener todos, absolutamente todos, los líderes políticos. Si el 85% de los españoles, como dice el CIS, tiene poca o ninguna confianza, por ejemplo, en el presidente el gobierno….pues, sinceramente, apaga y vámonos.

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