Las cartas de la cultura

Madrid

Es posible que a alguien le suene anticuado, la verdad es que enviar cartas no es precisamente el último grito de la modernidad, pero me parece que tiene un indudable valor simbólico. Y también numérico, porque son más de 3.000 las cartas enviadas hoy al palacio de La Moncloa, a un mismo destinatario y con idéntico mensaje: “Señor presidente del Gobierno, baje usted el IVA cultural del 21% de una puñetera vez”. Bueno, no lo dicen exactamente así pero ese es el espíritu. Empresarios de cine, de teatro, de música, de artes escénicas... gente que está absolutamente harta del perjuicio provocado por este impuesto que mucha gente del sector interpreta en clave de castigo o de venganza.

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Así que hoy abrimos La Ventana con el foco puesto en la cultura, que por si alguien no lo sabe es la tercera industria europea, por delante incluso del automóvil. Y en el caso de España, pues con cifras que hablan por sí solas: más de 600.000 empleos, un movimiento en torno a los 40.000 millones de euros... en total un 4% del Producto Interior Bruto. Estas serían razones estrictamente monetarias –que ya pesan lo suyo– pero luego están las otras, las de fondo, las filosóficas, esas que molestan tanto y que tanto desprecian los apóstoles del liberalismo a ultranza. Y entre todas ellas, una reflexión muy básica: que la riqueza de un país no se mide sólo por su economía, sino sobre todo por su cultura. Porque eso es lo que trasciende, lo que imprime carácter, lo que fomenta la convivencia, el respeto, lo que nos califica como seres humanos, lo que nos otorga sensibilidad, capacidad de interpretar la realidad, incluso de reinventarnos. Eso nos distingue, por ejemplo, de las plantas. Por eso ellas tienen un IVA del 10% y la cultura del 21%: por pura coherencia. Así que a la próxima remesa de cartas igual estaría bien añadirle algún ficus... o una revista porno, que tributan al 4%. Tal vez así se lo mirarían con más cariño.

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