Recuperar la dignidad

Hoy sería más propio hablar de ventanita porque dentro de una hora les dejaremos con el fútbol. Ya saben que la selección española juega contra Australia su partido de despedida del Mundial, y aunque está eliminada, pienso que es un error decir que no hay nada en juego. Creo, por el contrario, que es mucho lo que se ventila hoy en ese encuentro.

De entrada porque hablamos de los -aún- vigentes campeones del mundo, no es el adiós de un equipo de medio pelo; porque además venimos de un ciclo de victorias -y de alegrías colectivas- que no merece un final tan amargo; porque hay un debate ahora sobre el estilo, sobre el grupo, sobre la filosofía de equipo, que una buena actuación contra Australia dejaría correctamente encaminado, sin apelaciones oportunistas a la furia o al resultadismo.

Y sobre todo porque no es igual volver a casa encadenando otro bochorno que levantando cabeza. A veces la dignidad no hay que buscarla tanto en las grandes victorias sino en los fracasos; y España ha fracasado estrepitosamente en este Mundial.

Por eso confío en que hoy recupere algo de aquello que hizo felices a tantos millones de personas; y que lo que ellos no han ganado en primas se lo paguen a la gente simplemente con eso, con dignidad.