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La burbuja inmobiliaria estalla en el teatro: fondos buitre, inversores extranjeros y especuladores

Susana Abaitua y Félix Gómez protagonizan 'Nerium Park', una obra sobre cómo la crisis de la vivienda y del capitalismo afecta a nuestra intimidad. Rulo Pardo es 'Teo encadenado', una tragedia quijotesca sobre los desahucios. Recomendamos dos novelas, estamos en ARCO y en el Flamenco Festival de Nueva York

La burbuja inmobiliaria estalla en el teatro: fondos buitre, inversores extranjeros y especuladores

La burbuja inmobiliaria estalla en el teatro: fondos buitre, inversores extranjeros y especuladores

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España es la locomotora económica de Europa. En España incrementa el salario mínimo y el medio año tras año, al tiempo que se reduce el desempleo y quizá la jornada laboral. La actividad inmobiliaria crece en nuestro país y se acerca a máximos históricos. Se firman más hipotecas, aumenta la compraventa de vivienda. España, esa tierra donde unos pocos acumulan mucha y otros muchos no tienen acceso a ella, porque ¿quién compra casas en España? En La Hora Extra nos hacemos eco de la principal preocupación de los españoles según el CIS: la vivienda.

Vienen los hombres de gris, advertían The Kinks en los setenta, a quitarnos la vivienda, a destruir los barrios obreros, a desahuciarnos. Lo que después conocimos en Europa como los hombres de negro, esos vigilantes de la ortodoxia neoliberal, fruto de la crisis de 2008. Este 2025 decimos adiós a los hombres de negro, anunciaba a principios de año el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, pero saludamos a los fondos buitre, inversores extranjeros, especuladores.

El derecho a una vivienda da vueltas dentro de un bombo, cantaban en Casas vacías Soziedad Alkoholika. "Independizarse es el puto infierno, peor si no tienes pareja, todo esto huele que apesta", advertía la banda vasca. Era el año 2003, el último de José María Aznar, nadie quería ser clase obrera, todos clase media. "Eso es una gran derrota, porque la clase obrera lleva implícita unos lazos, que es justo lo que esa clase media aspiracional corta. Una derrota que viene de los 90 con el aznarismo, el hacer creer a la gente que todo el mundo podía escapar del barrio y establecerse en un descampado, que es lo que son los PAUS al final, una casa con piscina, pero en un descampado. Eso nos aísla de tal manera que somos incapaces de formar un tejido suficiente para pelear por cosas necesarias, nuestros derechos laborales. Piensas que por tener casa con piscina, eso ya no va contigo, cuando estás a un mal viento de tener que volver a casa de tus padres con 45 y cuatro niños", nos decía hace dos años Alana Portero en La Hora Extra. También en Un cuarto propio, en 2017, Las Odio cantaban sobre compartir piso a los 40 y tener que mudarse a la periferia.

Teo encadenado: teatro social contra los desahucios

"Debería haber un trozo de tierra para cada uno", dice Teo, el protagonista de nuestra primera historia. "Bastaría un cuadrado de un metro por un metro para poder ser feliz". El problema, como cantan Biznaga, es que la tierra cuesta más y más y más.

A Teo lo interpreta Rulo Pardo, escritor, actor y director. Es el responsable de Polar, esa comedia sobre cambio climático con Secun de la Rosa, que estuvo con nosotros el año pasado. Rulo ha escrito y protagoniza ahora Teo encadenado, utopía de un desalojo, una tragedia quijotesca con dos personajes muy poéticos encerrados en un piso, al borde del desahucio. "Prometeo es castigado y encadenado a una roca por enseñar el fuego a los humanos, los personajes fuerza y violencia lo encadenan y tiene un águila alada que le come el hígado como condena. Aquí es parecido, Teo es consciente y desde la conciencia se ata a sus pertenencias, a su casa porque lo van a desahuciar. La fuerza y la violencia en este caso es la policía, que va a entrar a echarlo y él, en vez de encadenarse a la roca, se encadena a su casa; y en lugar de tener un águila, tiene una perrita que es su escudera fiel, con la que habla de cómo está el mundo y cómo lo ve él", explica el autor.

Teo y su perrita son como Don Quijote y Sancho Panza, añade Rulo Pardo, inspirado también en La vida es bella. "Toda la hostilidad que este hombre está recibiendo en un desahucio, la convierte en poesía, en hermosura y en ternura. También en humor, no en un humor de carcajada, pero sí en sonrisas".

Rulo Pardo y Raquel Villarejo en 'Teo encadenado'

Rulo Pardo y Raquel Villarejo en 'Teo encadenado' / Cedida Sala Mirador

Rulo Pardo y Raquel Villarejo en 'Teo encadenado'

Rulo Pardo y Raquel Villarejo en 'Teo encadenado' / Cedida Sala Mirador

Tras una pandemia que lejos de hacernos salir mejores, nos ha hecho ver lo oscuro que puede ser el vecino de enfrente, Teo nos hace vernos a nosotros mismos. "La hermandad entre nuestra especie se ha ido a tomar por culo", dice Teo. ¿Dónde encontrar la esperanza entre el cambio climático y la gentrificación?, le hemos preguntado a Pardo. En el teatro, por ejemplo, responde el creador: "Se están haciendo cosas muy políticas. Creo que algunos años atrás, las obras de teatro no tenían tanto contenido social, con tanta rabia y tanto empuje, la verdad. Me parece que estamos en un momento bien chulo".

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Teo encadenado surge de una tragedia personal, nos confiesa Rulo Pardo. "Lo que ocurre con la gentrificación es que está tocando a todo el mundo. No es una cosa generacional de una parte, sino que la gente joven no se puede emancipar, la gente mayor, los ancianos, están siendo desahuciados, están echando a la gente de sus casas. Los de una edad media, como yo, estamos volviendo a casa de nuestros padres. A mí, por ejemplo, me desahuciaron de mi casa en el centro de Madrid hace un año y medio". Lo peor para él, concluye, es la falta de humanidad de tantas personas. Gente que se vanagloria de los desahucios, que aplaude que las cosas sean así.

Rulo Pardo en 'Teo encadenado'

Rulo Pardo en 'Teo encadenado' / Cedida Sala Mirador

Rulo Pardo en 'Teo encadenado'

Rulo Pardo en 'Teo encadenado' / Cedida Sala Mirador

La gentrificación afecta a todas las edades, advertía Rulo Pardo. A los treintañeros, cantaban Soziedad Alkoholica, a los de cuarenta, Las Odio, y también a veinteañeros que no pueden pagarse el alquiler. 1900 se pregunta la banda Camellos, si es el precio o el año de construcción de un piso, te alquilo el pasillo. Juan Diego Botto es el director artístico de Sala Mirador, en Madrid, donde esta próxima semana se estrena Teo encadenado, utopía de un desalojo. Cuando nos presentó la programación de esta temporada, ya nos advertía de que estaría atravesada por el tema de la vivienda. "Mi hija tiene 15 años y le pregunté cómo se veía con 26. Y me dijo que compartiendo piso, porque tendré un trabajo que no me dará dinero suficiente como para tener una casa propia. Ya están constreñidos con 15 años a la realidad. El problema de la vivienda lo atraviesa todo, no sólo todo en la gente emancipada, sino todo en los adolescentes, que ya imaginan una vida sin casa propia, donde van a tener que compartir un alquiler".

Nerium Park: la crisis inmobiliaria estalla en nuestra intimidad

En los márgenes era esa película de Botto sobre los desahucios, que han puesto en jaque los principios democráticos de la sociedad española. Y de los márgenes hablan Josep Maria Miró y Jorge Gonzalo, el autor y director -respectivamente- de Nerium Park, una obra sobre cómo la crisis inmobiliaria y del sistema afecta a nuestra intimidad, a nuestras relaciones personales. Un texto escrito en 2012, tras la crisis de 2008 y estallar la burbuja inmobiliaria en España. Susana Abaitua y Félix Gómez interpretan a una pareja que hartos del alquiler, los ruidos, vecinos y el centro de la ciudad, se muda a esta urbanización a las afueras. A un descampado, sin tejido social, como advertía Alana Portero.

Félix Gómez y Susana Abaitua en 'Nerium Park'

Félix Gómez y Susana Abaitua en 'Nerium Park' / Javier Naval

Félix Gómez y Susana Abaitua en 'Nerium Park'

Félix Gómez y Susana Abaitua en 'Nerium Park' / Javier Naval

En Nerium Park no aparecen vecinos, no se venden pisos, no abren bares, ni tiendas ni nada. La pareja queda aislada en un proyecto de vida que no es como esperaban y que va en paralelo a como funciona económica y políticamente la sociedad, cómo repercute todo en nuestra intimidad, explicaban a La Hora Extra Miró y Gonzalo, también los actores, que nos han visitado justo antes del estreno en Nave 10 Matadero.

'El cuarto de atrás': la imaginación como arma de resistencia

A pesar del panorama tan desolador y aterrador que acabamos de describirles, hacemos una última parada en el teatro para, como decía Rulo Pardo, luchar. Es a lo que nos invita El cuarto de atrás, una de las obras más autobiográficas y teatrales de Carmen Martín Gaite, que dedicó a Lewis Carroll "que todavía nos consuela de tanta cordura y nos acoge en su mundo al revés", decía la autora. La obra transcurre durante una noche y termina al amanecer, "es un viaje de la oscuridad hacia la luz, del inconsciente al consciente", explicaba Rakel Camacho, la directora de esta adaptación de María Folguera. El cuarto de atrás es un lugar prohibido, porque es el lugar de la libertad, de los sueños, del juego, es el lugar de crear ese lugar robado. También es el lugar que a veces nos roban en un mundo que pide practicidad y productividad todo el rato", añadía.

Marín Gaite publicó el libro en 1978, cuando acababa de tomar conciencia, en 1975, de que ha terminado un tiempo con la muerte de Franco y de que necesita mirar atrás. "Necesita hablar de ese miedo, necesita hablar de esa pequeñita resistencia y esa intimidad. Como toda gran obra literaria, nos sigue interpelando. no solo habla de Franco y de la Transición, creo que en el año 2025 nos podemos identificar plenamente con sentir miedo. Es una obra sobre tener miedo y resistir", decía Folguera.

Después de diez años, la obra supone el regreso de Emma Suárez a las tablas interpretando a C., un trasunto de la propia autora. "Llevaba tiempo intentando encontrar un texto teatral que me atrajera y me quedé fascinada con la versión de María Folguera", confesaba la actriz. "Habla de la literatura como refugio. Habla de la memoria de la posguerra, cómo ella vivió ese cuarto de atrás, ese refugio en el que ella jugaba, escribía, ese espacio donde comenzó a imaginar y a soñar".

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Dos debuts en la novela que nos han conmovido

Jonathan Arribas tiene 27 años, nació y vive en Zamora. Ha podido escribir su primera obra gracias a una beca de la Fundación Antonio Gala. Vallesordo, con Libros del Asteroide, es una historia de iniciación en los años 2000, en su pueblo, las vivencias de su infancia, sobrellevando las cosas gracias a la televisión y a la música. "Escribirlo fue más agradable, porque era como que yo sentía que le estaba dando voz a Nico, el protagonista, como que ya no me sentía yo como el dueño de la historia, sino que yo era como el vehículo para que Nico contara esa historia de la mejor manera posible", confiesa el escritor en una entrevista con Pepa Blanes, la jefa de Cultura de la SER.

Cubierta de 'Vallesordo', de Jonathan Arribas

Cubierta de 'Vallesordo', de Jonathan Arribas / Libros del Asteroide

Cubierta de 'Vallesordo', de Jonathan Arribas

Cubierta de 'Vallesordo', de Jonathan Arribas / Libros del Asteroide

Nico pasa los días en compañía de su abuela, su tía abuela y su madre, una mujer a la que le dan brotes de nervios. Su padre no está en casa, no tiene buen carácter y sus amigos son un apoyo fundamental en un mundo infantil que está a punto de acabar y pasar a la adolescencia. "En el pueblo hay un ambiente un poco gris. Él como que siente cosas, fantasea y como que es en la pantalla donde encuentra una correspondencia para su intensidad. Y es verdad que la gente que le rodea como que no le entiende. Poco a poco, a medida que avanza la novela, parece que le van entendiendo un poco, pero donde él encuentra esa total correspondencia e incluso la elevación al cuadrado de esa intensidad, es en Fama a bailar. Es como otro mundo, en la pantalla, en las coreografías, un mundo en el que la gente sale disfrazada, se maquilla, se besan chicos con chicos, chicas con chicas. ¿Cómo se siente eso en el cerebro de un niño que vive en una realidad tan lejana? Eso es como una descarga eléctrica", explica el escritor

La otra debutante se llama Ana Campoy, no es tan joven como el zamorano, pero también debuta en la novela, aunque ha escrito mucha literatura infantil ya. El paracaidista, con la editorial las afueras, es una historia sobre la posguerra y las mujeres, la memoria y cómo la violencia permanece y se expande a través del tiempo y las generaciones. "Creo que la novela está conectando con muchísima gente, porque aquí se estableció un pacto de silencio a raíz de la Transición para reparar, pero no se pudo hacer terapia de grupo. No pudimos sacar abiertamente todo lo que cada familia lleva", le explica también la escritora a Pepa Blanes. "Casi todos los ciudadanos tenemos historias de nuestros abuelos"

Campoy nos traslada al pasado reciente, a la guerra, para contar la generación de las abuelas, esas a las que también homenajeada Jonatan Arribas. El paracaidista cuenta la vida de las mujeres, esposas, madres e hijas que tuvieron que sumirse en el silencio forzado de la guerra y la dictadura, trabajando en casa y en el campo. "Yo quería hablar de esos niños. ¿Qué pasó con esa gente? ¿Qué pasó durante esos 40 años de franquismo? Cómo esa generación de los niños asombrados, que decía Ana María Matute, tuvo que sobrevivir. Y sobre todo desde la perspectiva femenina, que parece que no se habla de cómo esas mujeres se quedaron ahí en la retaguardia porque no les quedó otra".

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La de Campoy es una novela llena de silencios, donde el lector tiene que recomponer el espacio. Una novela de metáforas y de mitología griega, de simbolismo. Para la escritora había dos fábulas muy presentes, el mito de Aracne y Antígona. "Antígona está muy relacionada con el tema de los mal enterrados", dice.

Cubierta de 'El paracaidista', de Ana Campoy

Cubierta de 'El paracaidista', de Ana Campoy / las afueras

Cubierta de 'El paracaidista', de Ana Campoy

Cubierta de 'El paracaidista', de Ana Campoy / las afueras

Pese a las diferencias, ambas novelas parecen atravesadas por una herida y muchos silencios. Arrojo, ilusión, novedad son los adjetivos que comparten. Dos de los debuts más inspiradores de este comienzo de curso literario. Apuestas que consiguen hablar de lo individual y lo colectivo y que condensan un país entero a través de las familias. Esta próxima semana compartimos las dos entrevistas en SER Pódcast.

Arte contemporáneo y flamenco, las dos citas imprescindibles de marzo

En Estados Unidos seguimos con una de las dos citas que van a tener lugar esta próxima semana. El Flamenco Festival, que empieza el 5 de marzo en Nueva York, pero que se extiende a ciudades como Miami, Chicago y San Francisco. 70 artistas del cante, el toque y el baile van a dedicar sus actuaciones a Granada y a Federico García Lorca. También se va a homenajear a Enrique Morente, que hace veinte años dio un concierto en el Carnegie Hall junto a Tomatito. Kiki Morente con Carlos de Jacoba a la guitarra recordarán al maestro. También pasarán por allí Eva Yerbabuena o la cantaora Marina Heredia, para quienes Lorca forma parte de la familia flamenca y a quien rinden homenaje con sus espectáculos.

La segunda cita es en Madrid, la de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCO, que va a reunir esta próxima semana a 214 galerías nacionales e internacionales, de 36 países.

Las obras más polémicas y políticas de ARCO

Hubo un tiempo en el pasear por los estands de Arco era encontrarte con Franco metido en una nevera, un ninot gigante del rey Felipe VI o el busto de Isabel II desnudo con una mano tocándole el pecho. Además de polémicas figuras hiperrealistas, también se han expuesto las fotografías de Junqueras y los Jordis pixeladas, bajo el título de 'Presos políticos en la España contemporánea', o las imágenes de una intervención de reasignación de sexo, en las que se podía ver de manera explícita cómo los cirujanos cosían una vagina. Esto son cosas de otro tiempo, ARCO intenta alejarse de todo eso. La directora Maribel López anunciaba en la presentación cómo nuevas galerías han querido sumarse a esta edición y también cómo algunas de las que se fueron hace años han vuelto, pero no por este nuevo enfoque alejado de la polémica, sino por el buen momento económico y la buena situación del mercado.

ARCO 2023, la feria de las artistas contemporáneas en pleno 8M

Los programas comisariados siguen siendo esa puerta de entrada a nuevos artistas, pero también fuente de nuevas formas de galerismo. Los tres grandes ejes son los ya conocidos: 'Opening', 'Nuevas galerías' y 'Perfiles'. Además, el proyecto central que este año gira en torno al Amazonas. Lleva por título Wametisé, un concepto que en los pueblos del Alto Río Negro hace referencia a la creación del mundo y que aquí se plantea como una reflexión sobre nuevos modos de creación que mezclan lo humano, lo vegetal, lo físico y lo metafísico. Este va a ser uno de los principales reclamos de ARCO, además de todas las iniciativas que, un año más, fomentarán el coleccionismo y las adquisiciones.

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