El dios Bes, protector de Ibiza
A pesar de carecer de templos para su culto, su presencia en textos escritos, monedas, amuletos, “cuchillos mágicos” o “cipos de Horus” lo convierten en una de las divinidades más importantes para egipcios y fenicios
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El dios Bes, protector de Ibiza
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Sus huellas se encuentran en toda la cuenca del Mediterráneo, especialmente en la isla de Ibiza, la antigua Ebusus de los romanos, cuyo nombre se dice procede precisamente de Bes, Ibes, Ebusus o Ibossim, la actual Eivissa o Ibiza. Y con el transcurso del tiempo y la llegada del cristianismo, Bes se fue transformando en el duende llamado Barruguet.
La extraña apariencia de Bes ha hecho que los egiptólogos especulen sobre su origen, ya que no se parece en nada a los otros dioses egipcios delgados y elegantes. Una de las diferencias más significativas es que casi siempre se le muestra de frente. Parece un enano con una melena de león en la cabeza y con la lengua fuera. Tiene brazos y piernas cortos, rechonchos y cola de león.
En diferentes períodos de la historia de Egipto, Bes ha sido mostrado con un cuchillo grande, una pandereta, una corona alta o penacho con plumas y una falda. Se especula que Bes se originó en el África subsahariana, porque uno de sus títulos es “Señor de Punt”, antigua tierra en la costa occidental de África (que hoy se asimila a Somalia) y “Señor de Nubia” (actual Sudán).
La mayoría de los egiptólogos creen que Bes es un dios egipcio, pero no secundario sino más bien de una importancia capital y con gran presencia en la vida cotidiana. Con el tiempo, aparecieron varios dioses grotescos diferentes en diferentes comunidades del antiguo Egipto y eventualmente evolucionaron hasta convertirse en el dios Bes. También es representado como músico (harpa o tambor) porque se creía que tocando su música espantaba a los malos espíritus.
Muchos objetos familiares y cotidianos llevan su imagen, como espejos de mano, vasos, pendientes, collares, recipientes para maquillaje, figuritas o amuletos que luego eran colocados en las tumbas. Su función principal era proteger a bebés, niños y, en especial, a las mujeres parturientas. Y un buen talismán contra las serpientes, los escorpiones y otros animales ponzoñosos. Su presencia en pinturas o representaciones artísticas aseguraba a la casa y la familia una vida prospera y sexual satisfactoria. De hecho, Bes es símbolo de fertilidad. Servía para todo. Ayudaba en los nacimientos, daba buena suerte y, sobre todo, provocaba la risa y el buen humor en general.
Su contraparte femenina sería la diosa Beset (que protegía a la gente de los malos espíritus, serpientes y demás desgracias) y también se le relaciona con la diosa hipopótamo Tueris.