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Mujeres enjauladas y su derecho a la ira femenina

Las protagonistas de los cuentos de Pilar Adón son niñas y adolescentes que huyen de los dictados sociales, llenas de ira. El teatro reivindica el derecho a la ira, grita contra el machismo y los corsés sociales que reprimen a la mujer. También el Real estrena dos óperas españolas en una, con dos mujeres enjauladas por clasismo y por amor

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Todas hemos sido criadas para ser hombres o para convertirnos en eso que los hombres esperan de nosotras. "Una buena mujer, una buena madre, una buena esposa, una buena cocinera", señala la escritora Pilar Adón. Lo ha cantado también y lo ha denunciado siempre Neko Case, cantautora estadounidense, miembro de la banda canadiense The New Pornographers, que en las memorias que acaba de publicar lamenta que no se hable mucho de la ira de las mujeres, una ira muy real y que, lamentablemente, la mayoría de las veces volcamos contra nosotras mismas, escribe. Neko Case, violada y víctima del abandono de su madre, entre otras violencias, defiende una ira o una rabia protectora, productiva, inspirada por las generaciones más jóvenes que reaccionan contra los roles de género y el status quo patriarcal y colonial.

Precisamente Las iras es como se titula el nuevo libro de Pilar Adón, Premio Nacional de Narrativa 2023 por su obra De bestias y aves. Publicado por Galaxia Gutenberg, Las iras es un conjunto de relatos protagonizados por niñas y adolescentes llenas de ira. La ira es un sentimiento común a todo ser humano, un volcán interno que explota ante determinadas injusticias próximas y no tan próximas, explica la escritora. "Es una de las reacciones más inmediatas, incluso diría que sana, ante tanta atrocidad que vemos casi en tiempo real en el mundo". Sus protagonistas están experimentando sus primeras decepciones, dolores, traumas, abandonos, traiciones. "Están en un proceso vital, biográfico y emocional en el que están aprendiéndolo todo, una etapa de extremismo, confusión mental y física, una época en la que no hay grises, todo es blanco o negro. Mujeres que luchan contra el determinismo, contra esas normas que han escrito los hombres, niñas y adolescentes que buscan la libertad de poder escoger su propio camino, que es lo que nos enseñaban los cuentos cuando yo era pequeña", dice Pilar Adón.

Pilar Adón presenta 'Las iras' en La Hora Extra

Pilar Adón presenta 'Las iras' en La Hora Extra / Daniel de la Fuente

Pilar Adón presenta 'Las iras' en La Hora Extra

Pilar Adón presenta 'Las iras' en La Hora Extra / Daniel de la Fuente

Pilar Adón recoge la mejor tradición oral, la de aquellos cuentos crudos, sin censuras, con los que aprendimos a ser libres o a buscar la libertad. Historias oscuras, góticas, con moraleja, parábolas impregnadas de un aura romántica y también religiosa, el libro está plagado de citas bíblicas, ya que la ira es el único pecado capital o vicio malvado que compartimos con el Dios cristiano, un dios que la Real Academia definiría como indignado, furioso, colérico, vengativo. "Pero yo me voy a un catolicismo alejado del Antiguo Testamento, de esta ira, de este Dios de ira del que estamos hablando, más vinculado a la figura de Jesús. Me resulta complicado hablar de esto, pero me interesa una figura de Jesús más relacionada con la libertad, con el amor, con la belleza, con la generosidad. Un Jesús un poco hippie, por decirlo de alguna manera, vinculado a la espiritualidad a la que tanto me he agarrado", cuenta la autora, marcada por el fallecimiento de su padre, al que menciona en varias ocasiones durante la entrevista.

Las iras es una búsqueda de la belleza entre el horror y la violencia, rodeados de una naturaleza salvaje como salvaje es la ira. Un encierro voluntario, una soledad buscada y deseada, bien diferente a la que se ven abocados tantos en nuestras sociedades, sobre todo los más vulnerables, explica. La necesidad a veces de apartarse de la sociedad para encontrar la propia felicidad, que no es otra cosa que cierta calma, sosiego, poder estar tranquila sin que nadie nos moleste y sin molestar a nadie, concluye Adón. Con la escritora hemos ahondado en alguno de los relatos, en esas casas y paisajes que habitan sus protagonistas. En la figura del padre y de la madre, as quien dedica el libro, en las herencias materiales, literarias y personales. Toda la entrevista en SER Pódcast.

Pilar Adón: "La ira es compartida por hombres y mujeres, pero ellos son héroes y nosotras histéricas"

Pilar Adón: "La ira es compartida por hombres y mujeres, pero ellos son héroes y nosotras histéricas"

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El Centro Dramático Nacional ha estrenado hace unos días Grrrl!, un grito, un rugido contra los Errejones, "esos hombres buenos, aliados, que se apropian de un discurso feminista para llevárselo a lo que les beneficia", explica Sara García Pereda, que escribió el texto tras una conversación que tuvo con una amiga y que le llevó a pensar en todas esas formas que el sistema tiene de adueñarse de discursos, testimonios y narrativas de muchas mujeres. Es lo que se conoce como purple washing, pero abordado aquí desde un lugar mucho más cercano y reconocible.

Grrrl! son trece historias de mujeres reales distorsionadas a través del humor y la ironía, con la convicción de que un profundo cambio es posible. Nos hemos reído mucho con un elenco que está fantástico y una puesta en escena disparatada. Entre risa y risa, hemos cantado bingo y recibido más de un pellizco de machismo o micromachismo, muchas veces tan interiorizados que son imperceptibles. Para que se produzca ese cambio, añade Sara, hay que reivindicar la ira como un derecho, la ira con perspectiva de género.

"La ira me invade", exclama también una de las protagonistas de La mujer fantasma. Es una creación de la compañía catalana T de Teatre, escrita y diriga por Mariano Tenconi Blanco. Cuenta la historia de cuatro maestras a finales de los años setenta del siglo pasado. "Mujeres criadas en una época donde hubo mayor represión y autorrepresión, que en su imaginario llevan el ser buenas mujeres, buenas esposas, buenas hijas y madres", explica su autor. Mujeres mayores, ya no tan jóvenes, al borde de la liberación en unos años, finales de los 70, en los que estalla el golpe militar y la dictadura en argentina.

Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla y Àgata Roca -acompañadas de dos músicos que tocan el chelo y el pieano en directo- interpretan a estas cuatro maestras, cada una contando su historia, encarando a sus fantasmas, en un monólogo tras otro. Están extraordinarias, una obra que conmueve, enternece, muy divertida y emotiva. Una abandonada por su marido, otra enfrentándose a la enfermedad y muerte de su madre, la tercera enamorada de la nueva profesora de gimnasia y la cuarta que está perdiendo la cabeza. "¿Cómo eran tus maestros, tus maestras y qué recuerdos tenemos de ellos?", se pregunta Tenconi Blanco. "La etapa formativa nos perfila y uno podría decir que no completamente, pero que uno puede conocer a una persona conociendo cómo fueron sus maestras", explica el director.

De represión, de privación de la libertad, de amores enjaulados habla también la nueva producción del Teatro Real, que une dos óperas cortas españolas, en castellano: La vida breve, de Manuel de Falla; y el estreno mundial de Tejas verdes, de Jesús Torres. Dos historias de amor truncadas por un contexto social brutal y despiadado. La soprano Adriana González interpreta a Salud, la joven gitana de La vida breve, que se enamora de un hombre de otra clase social que la humilla y desprecia. La también soprano Natalia Labourdette es Colorina, una mujer que desaparece en el centro de detención y tortura de Tejas verdes por amar a un insurgente revolucionario.

Cartel de La vida breve / Tejas verdes en el Teatro Real

Cartel de La vida breve / Tejas verdes en el Teatro Real / Dean Stockton

Cartel de La vida breve / Tejas verdes en el Teatro Real

Cartel de La vida breve / Tejas verdes en el Teatro Real / Dean Stockton

Dos mujeres enjauladas en dos tiempos, dos mundos y unidas por la dramaturgia del director de escena Rafael R. Villalobos y por la dirección musical de Jordi Francés. "Son dos obras que hablan de la privación de libertad. En un sentido literal, en el caso de Colorina, pero también en un sentido mucho más filosófico, en el caso de Salud, una mujer que vive atrapada dentro de una clase social y cómo esa clase social choca con la otra", explica Villalobos, que ha creado "una especie de hipertexto en el que las dos obras se relacionan y los personajes de una y otra toman posiciones dentro de la fábula, creando una suerte de díptico". Todo empezó a florecer en los ensayos, dialogando con las dos sopranos, añade Francés, "dos cárceles diferentes, una más poética, otra física, una cárcel de amor y una cárcel social".

Rafael R. Villalobos, Natalia Labourdette, Jesús Torres, Adriana González y Jordi Francés

Rafael R. Villalobos, Natalia Labourdette, Jesús Torres, Adriana González y Jordi Francés / Javier del Real

Rafael R. Villalobos, Natalia Labourdette, Jesús Torres, Adriana González y Jordi Francés

Rafael R. Villalobos, Natalia Labourdette, Jesús Torres, Adriana González y Jordi Francés / Javier del Real

Con libreto de Fermín Cabal y poemas de Miguel Hernández desde la cárcel, el compositor Jesús Torres reivindica además la identidad española, "ya está bien de imitar la música alemana con la riqueza que tenemos aquí", reclamaba en la rueda de prensa de esta semana el compositor de Tejas verdes. La puesta en escena de este montaje, por cierto, dialoga con dos obras de Soledad Sevilla, que estuvo con nosotros el año pasado en La Hora Extra: Insomnios y Leche y Sangre. "La plástica teatral y la belleza son un componente decisivo en mis puestas en escena o intento que lo sean", cuenta Villalobos, "porque siempre creo que es a través de la belleza donde encontramos el mejor canal para hablar de aquello que nos resulta incómodo. Soledad Sevilla, aparte de una de las grandes del arte contemporáneo, es una artista muy relacionada con Granada y con algunos de los temas que aparecen tanto en Tejas verdes como en La vida breve. La maternidad, por ejemplo, con la figura de la madre en Tejas verdes y la figura de la madre ausente en La vida breve", afirma.

Dos universos, el de Sevilla y el de Torres, relacionados más allá de lo tangible. El montaje podrá disfrutarse en el Teatro Real entre el 13 y el 22 de febrero.

Soledad Sevilla: "Primero tenía que ser ama de casa y madre. Fui madre de dos hijos y mi marido de ninguno"

Y terminamos reivindicando otro nombre, el de la escritora y periodista Luisa Carnés, de la Generación del 27, que a los 23 años publicó su primera novela, Natacha, inspirada en su propia vida, nacida en el seno de una familia obrera y que tuvo que abandonar la escuela a los 11 años para trabajar en un taller de confección de sombreros. Allí Carnés descubrió su pasión por la lectura y la escritura, que la llevó a inspirarse en novelistas rusos como Tolstói y Dostoyevski para elaborar sus obras. A través de Natacha, la protagonista, Luisa Carnés nos habla de las condiciones que soportan las mujeres trabajadoras: las extenuantes jornadas, el miedo a ser despedidas, el acoso laboral y sexual, la explotación, la desigualdad, la ausencia de horizontes, la enfermedad, el tedio, el matrimonio, la prostitución, el sexo, el amor y la muerte.

Laila Ripoll, que ya adaptó con mucho éxito Tea Rooms, también de Carnés, estrena en el Teatro Español a petición de su director, Eduardo Vasco, esta adaptación de Natacha protagonizada por Natalia Huarte. Hemos conversado con las dos en La Hora Extra de lo que ha avanzado y lo que no, la situación laboral y de oportunidades para las mujeres, víctimas todavía de desigualdades, brechas, abuso de poder y acoso.

Natalia Huarte: "Por fin hemos empezado a nombrar al acoso, a los abusos o a la depresión"
 
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