El chef Áxel Smyth gana el premio a la Mejor Croqueta en Madrid Fusión
El cocinero gallego lleva tres meses llenando de premios las estanterías del restaurante Simpar
Madrid
Solo tres meses después de ganar el premio a los Mejores Callos del Mundo en San Sebastián Gastronomika y de conseguir su primera estrella Michelin, el chef Áxel Smyth (33 años), del restaurante Simpar (Santiago de Compostela, A Coruña), se ha llevado este lunes uno de los premios más mediáticos del congreso gastronómico Madrid Fusión: el de la Mejor Croqueta de jamón ibérico.
Smyth, que es gallego con antepasados irlandeses, explica a Gastro SER que, aunque las croquetas siempre le han gustado, no ha partido de ninguna receta familiar, sino que ha ido perfeccionando su propia fórmula a lo largo de su carrera: "La clave es contar un buen jamón ibérico".
Sus croquetas pueden probarse en el restaurante como parte de alguno de sus dos menús degustación: Conocer (85 euros) o Simpar (110 euros). Menús en los que, después de curtirse durante años en lugares como Casa Marcelo, Gaytán, As Garzas o Miramas, plasma una filosofía de cocina de basada en el producto de su entorno y de temporada.
"Pues la hemos liado", ha dicho el chef gallego al recoger el galardón, que es una cabeza de cerdo con monóculo en loza basado en el logotipo de la empresa patrocinadora, Sánchez Romero Carvajal, además de un jamón de la marca.
La croqueta de Simpar se basa en una bechamel elaborada solo con jamón (sin hueso) "que tengas que llorar al freirla", siendo necesario reforzar la mezcla en el último momento con "un pelín" de gelatina para poder bolearla. Para el rebozado, además, usa panko.
Tan reñida ha sido la competición que la croqueta que ha quedado en segundo lugar lo ha hecho con solo 2.5 puntos menos que la ganadora, de un total de 200 puntos posibles, ha detallado el chef y miembro del jurado, Xanty Elías, del restaurante Acánthum y Finca Alfoliz.
Elías ha hecho una encendida defensa de la otrora humilde croqueta, que ha pasado de ser una elaboración de cocina de aprovechamiento a estar realizada con productos de “primerísima calidad”.
La croqueta es “el buque insignia de una forma de cocinar con mucho amor”, ha señalado Elías, para quien debemos aprender a valorar este manjar “tanto como valoramos un trozo de sushi, dos productos que pueden tener el mismo valor”.