Carolina Yuste: “El sistema capa nuestros sueños y nuestra libertad; nos educa para trabajar y sostenerlo”
La actriz protagoniza ‘Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite, novela que ha adaptado al teatro Lucía Miranda
Carolina Yuste: “El sistema capa nuestros sueños y nuestra libertad; nos educa para trabajar y sostenerlo”
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Carmen Martín Gaite escribió Caperucita en Manhattan después de la muerte de su hija Marta, a los 28 años. Tardó cinco años la escritora en volver a la ficción. "Es francamente una obra grandiosa, que después de la muerte de una hija escribiera un canto a la vida, al amor al azar, a la libertad, sobre todo a la libertad", nos explicaba el catedrático de Literatura Española y editor José Teruel, Premio Comillas 2025 por su biografía de Carmen Martín Gaite.
Lucía Miranda, coordinadora pedagógica del proyecto Nuevos Dramáticos del CDN, entre otras muchas cosas, ha adaptado y dirige Caperucita en Manhattan, que se estrena el 23 de enero en el Teatro de la Abadía. Es una reinterpretación del cuento de Perrault, nos cuenta el recorrido que hace Sara Allen desde Brooklyn, donde vive, para visitar a su abuela en Manhattan, un viaje por diners, rodajes de cine y Central Park. Miranda, como Martín Gaite, pasó un tiempo en Nueva York y allí conoció a la protagonista de la novela, confiesa. "Fui profesora de español en el Vassar College, donde estuvo Martín Gaite después de la muerte de Marta, y una de mis alumnas sabía más que yo de Caperucita en Manhattan. Yo soy Sara Allen, me dijo, mi madre es la traductora de Carmen al inglés y Carmen pasaba muchas temporadas en nuestra casa y le puso mi nombre a la protagonista". Desde entonces siempre ha querido llevar esta novela al teatro.
Caperucita en Manhattan cuenta con un elenco formado por Miriam Montilla, Mamen García, Carmen Navarro y Carolina Yuste, además del contrabajista Marcel Mihok. "Que las actrices fueran todas mujeres es adrede y tiene que ver con que pensé en Carmen y pensé en esa cosa de Carmen de no ser una señora que ya se hacía mayor. Ella ponía mucho hincapié en no convertirse en una señora. Estoy harta de ver actrices haciendo de señoras todo el rato en el teatro, papeles de madre, abuela y señoras que se agarran las perlas. Y yo decía tío, actrices jugando a lo loco, haciendo de cosas muy locas. Es que María Montilla se convierte en tarta".
Carolina Yuste interpreta a Sara Allen. "Es una de las primeras novelas que me dio mi madre a leer y yo era adolescente, estaba una época muy macarra, oscura y no conecté mucho. Luego, años después, la volví a leer y se me abrió un universo, entendí la ternura y la ausencia de la que habla en Caperucita. Coincido con Carmen en que todo el dolor, la ira, la violencia, todas las emociones tienen que ser transformadas y canalizadas en un amor y en una luz que emitas al mundo, celebrar que estamos vivas", explica la actriz.
La obra reivindica la libertad, esa palabra tan usada y manoseada hoy, y Lucía y Carolina reivindican esa libertad y más espacios para la infancia. "¿A dónde voy a jugar con mi niña un sábado o domingo en invierno? Necesitamos reclamar a las instituciones más espacios para la infancia, que es lo que reivindico en mi trabajo siempre", cuenta la directora que, añade, esta obra está concebida para un público familiar, a partir de los 12 años, aunque considera bajar la edad a ocho. "A mí me encanta la filosofía y es verdad que la palabra libertad ha sido tan manida, tan usada, que encontrar la esencia real de lo que para uno significa es complicado. Al final desde muy temprana edad, con la educación, se empiezan a capar los juegos, la experiencia, el disfrute, la vida. Como que desde muy pequeños te plantan una mochila más grande que tú y te lleva a una escuela a aprender unas materias que harán que seas una persona que trabaje para sostener el sistema, ¿no? Cuando todavía no eres consciente de eso, es cuando experiencias realmente ese presente absoluto y ese estado de libertad de las emociones, la risa, el llanto, el enfado, la alegría, hacer lo que quieres hacer en el momento en el que quieres hacerlo", se lamenta Yuste.
"La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace", podemos leer en el texto de la obra. Como Sara Allen, que de mayor quiere ser actriz, Miranda y Yuste tenían claro a qué dedicarse y consideran que en el arte puedes encontrar una cura, una sanación, sacar lo que tenemos enquistado. Miranda, diez años mayor que Yuste, sí echó de menos más mujeres que dirigieran en el teatro. "Estaban Helena Pimenta, Laila Ripoll, incluso Nuria Espert, pero poco más. Faltaban referentes", añade. Con una puesta en escena onírica y completamente loca, Caperucita en Manhattan promete ser un "desparrame", en palabras de las dos. Hasta el 23 de febrero en el Teatro de la Abadía de Madrid, antes de empezar una gira nacional con algunas citas ya cerradas.