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Virginia Feito, la escritora española que arrasa en Hollywood: “El poder ha corrompido a los que nos deberían ayudar, no estamos a salvo”

‘Victorian Psycho’ es la segunda novela de la Patricia Highsmith española. La escritora nos lleva a la época victoriana —tan romántica como aterradora— con una psicópata como protagonista

Virginia Feito: "Ni en la Justicia ni en una iglesia estamos a salvo"

Virginia Feito: "Ni en la Justicia ni en una iglesia estamos a salvo"

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Es uno de los géneros con más adeptos, en la literatura, en el cine o en plataformas: el thriller, la novela negra. A pesar de confesarse como una persona muy miedosa, a Virginia Feito le fascinan los psicópatas y se ha convertido ya en una maestra de este género, con solo dos novelas publicadas a sus 37 años. Debutó con La señora March, un thriller psicológico que evoca la escritura de autoras como Patricia Highsmith o Du Maurier y que va a ser adaptada al cine por Elizabeth Moss (El cuento de la criada o Mad Men), que compró los derechos.

Feito es madrileña, aunque ha vivido en París y en Londres, donde estudió literatura inglesa y arte dramático, desarrollando su amor por la literatura gótica y el teatro, podemos leer en la biografía de su nuevo libro publicado por Lumen. Victorian Psycho, que hace un guiño a American Psycho de Bret Easton Ellis, aunque no tiene nada que ver. Aquí nos traslada a la época victoriana, que siempre le ha encantado, por ser de lo más romántica y acogedora, pero al mismo tiempo terrorífica, realmente terrible, como nos explica durante la entrevista. Una historia protagonizada por Winifred Notty, una chica que va a trabajar como institutriz en la mansión de una familia adinerada. Y a partir de ahí, un descenso a los infiernos, una historia de terror, de violencia, asesinatos, venganza y secretos. Pero con mucho humor, porque la escritora es muy divertida, como pueden comprobar escuchando la entrevista.

Cubierta de &#039;Victorian Psycho&#039;, de Virginia Feito

Cubierta de 'Victorian Psycho', de Virginia Feito / Lumen

Cubierta de &#039;Victorian Psycho&#039;, de Virginia Feito

Cubierta de 'Victorian Psycho', de Virginia Feito / Lumen

Muerte por todas partes. Por todas partes, muerte, escribes en el prólogo. ¿Es una buena descripción del mundo que habitamos o nos matamos poco los unos a los otros, como sugiere tu nueva protagonista? ¿Qué es lo que te fascina de la muerte o del género gótico?

Ese prólogo está inspirado en el comienzo de Bleack House (Casa desolada) de Dickens. Él describe la niebla, niebla en todas partes. Y has dicho algo interesante, nos matamos relativamente poco, teniendo en cuenta lo mucho que podríamos hacerlo con relativa facilidad, sobre todo a los más vulnerables. Yo, por ejemplo, podría a lo mejor empujar un poquito al niño del vecino de arriba por las escaleras. No sé, un sábado cuando me está despertando a gritos, por ejemplo. Saludos al vecino. Y la muerte fascina. La muerte fascina porque soy una persona que tiene miedo a la muerte en todas sus variedades, en todas sus vertientes, constantemente, todo el día. Tengo miedo de que me caiga algo muy, muy pesado en la cabeza todo el rato. Estoy como esperándolo. Tengo miedo a los parásitos, a las bacterias, a los virus que me están matando lentamente por dentro. Y en general, si te has subido alguna vez a un coche, no sé, si has empezado a conducir a una edad más o menos temprana, igual estás fascinado porque no nos estemos estampando unos contra los otros, aposta, no sé, igual soy yo. Es como cuando estás arriba, muy alto, y te quieres tirar. Nos matamos o qué.

Mencionas en los agradecimientos a Catriona Ward, que nos decía en La Hora Extra que hay algo vergonzoso en cuanto al miedo, que es embarazoso sentir miedo porque el miedo te hace pequeñita, te hace sentir indefensa. Cuando el miedo es la cosa más constante y más unificadora que tenemos en la humanidad. A lo mejor, a lo largo de la vida de un individuo, no todo el mundo va a enamorarse, pero todo el mundo en su vida, en algún momento, va a sentir miedo. ¿Es el miedo lo más transversal que hay?

Qué interesante. Adoro a Catriona, es una de las escritoras más generosas que conocí en mi vida. Estoy un poco de acuerdo, el sentimiento más poderoso puede ser el miedo. Muchos dicen que es el amor y ponen como ejemplo el típico momento en el que una madre va a salvar la vida de su hijo. Entonces puede levantar un coche. Pero yo argumentaría que eso, más que amor, es miedo. Miedo a que el niño se muera. Y eso es lo que hace que levante el coche la madre, para mí. Y luego dicen también que cuando sientes realmente ese terror por tu vida, es cuando sale tu verdadera personalidad. Te vas a congelar, vas a luchar, vas a huir, ¿qué vas a hacer? Y ahí es donde sale realmente el individuo. Yo creo que el miedo nos define bastante. Esto lo dice una persona hipocondríaca, obsesiva, compulsiva. Tengo miedo a todo y a mí no me da vergüenza decirlo. De hecho, lo hago un poco por como mecanismo de defensa. Creo que estoy pidiendo ayuda. Ayudadme, medicadme, tengo miedo.

Catriona Ward y todo lo que la noche nos revela de nosotros

Notty, esta psicópata, se dirige a nosotros, a los lectores, incluso nos guiña un ojo en un momento de la novela, nos hace partícipes de sus pensamientos, de sus acciones. No sé si la intención aquí es incomodarnos aún más. No sé si en algún momento de la historia podemos llegar a comprender, a entender, que quizá no justificar, sus acciones.

Más que incomodarnos, a lo mejor es incluso lo opuesto. Igual es relajarnos, igual es manipularnos para que entremos con ella ahí y acabemos, efectivamente, riéndonos con ella de lo gracioso y divertido que es matar a gente. Creo que me inspiró Fleabag, con ese personaje que está destrozado por dentro y tiene mucha oscuridad, aunque es más adorable. Pero rompe la cuarta pared como para disimular, por así decirlo, como para para hacer ver que está bien, que no pasa nada.

Todos llevamos un demonio adentro, dice la protagonista, y debemos tratar de dominarlo, le responde Andrew, uno de los niños a los que cuida. Ese demonio es la Oscuridad, que escribes con una o mayúscula. La Oscuridad de nuestro interior, la Oscuridad floreciendo. ?Todos llevamos un demonio dentro y precisamente por eso nos fascinan estos psicópatas, estas historias que nos permiten imaginar qué seríamos capaces de hacer si lo liberamos? Tirar al hijo del vecino por la escalera, por ejemplo.

Querría volver a eso que he dicho y y retirarlo, vale. Para el juicio, que quede claro que era broma. Sí, por eso nos fascinan los psicópatas, sin duda, todos tenemos una oscuridad adentro, unas son más oscuras que otras, pero todos tenemos algo, un demonio dentro, entre comillas, que queremos intentar controlar antes de que nos controle a nosotros. Esto puede ser cualquier vicio o cualquier característica nuestra que no nos guste. Puede ser desde un poquito de egoísmo, un poquito de envidia, ese tipo de cosas que intentamos manejar para ser mejores personas. ¿Qué pasa en el caso de Winifred? Que no le interesa tanto manejarlo, vive con tanta liberación que, de hecho, a mí me parece casi admirable que se la pela, que está dispuesta a tener toda la oscuridad que haga falta ahí.

Hay otra reflexión interesante y es si la oscuridad nos acompaña desde nuestro nacimiento o surge del propio miedo a que se manifieste. Es una pregunta que también se hace la protagonista. "El mal sólo puede entenderlo el mal", dice. Es la misma pregunta que se hacía Robert Eggers en el Nosferatu que ha estrenado estas pasadas navidades, si el mal viene de dentro de nosotros o si el mal viene de afuera. Recuerdo también la historia de El Bosque, de M. Night Shyamalan. Él decía no se puede erradicar el mal, no puedes darle la espalda al mal, no puedes huir del mal, aislarte de él, porque el mal forma parte de nuestra naturaleza y siempre acaba surgiendo. ¿Estás de acuerdo?, ¿hay aquí también una reflexión sobre de dónde viene el mal?

Sí, absolutamente. Buenas referencias, por cierto, me encanta Nosferatu, me ha decepcionado ligeramente, pero visualmente espectacular. También pensaba en el Frankenstein de Mary Shelley, que también se hace un poco esta pregunta, la de siempre: ¿nace o se hace? No existe realmente una respuesta. Yo no estoy intentando dar una respuesta, estoy intentando hacer preguntas todo el rato y que cada lector decida. Yo propongo que ningún psicópata o asesino en serie que conozcamos ha tenido una infancia feliz. Y Winifred tampoco, desde luego, yo os muestro su infancia horrible. Ha sufrido muchísimo abuso, muchísima injusticia, muchísimo machismo en esta época en la que era, tristemente, más o menos normal. Pero también desde que nació la gente notó algo en ella. Igual su madre y desde pequeña le dice eres mala, eres mala, eres mala. Hasta que ella dice bueno, pues seré mala, ¿no? O a lo mejor es que el ser humano nota instintivamente cuando en el prójimo hay algo que falla, hay algo que no está bien, hay algo que nos chirría moralmente de otra persona. No lo sé. Creo que todos lo hemos notado alguna vez. Esta persona me da mal rollo. No sé por qué, es perfectamente amable conmigo, pero a mí me da mal rollo. Hay algo instintivo, una conexión en el cerebro que nos impide tener esa empatía hacia los seres humanos. Además, la psicopatía ha adquirido ya proporciones mitológicas. Ya no sé muy bien si es fácil diagnosticarla o no, no se sabe muy bien cómo hacerlo. Dicen que hay muchos, muchos psicópatas entre nosotros, que no sabemos cuántos pero no pueden diagnosticarse. Entonces, ¿nace o se hace? Esa es la eterna pregunta. Eso dependerá de cada lector.

&#039;Nosferatu&#039;, un clásico del siglo XX por el maestro del terror del XXI

A propósito de la psicopatía, de diagnosticarla, del machismo, también nos decía Catriona Ward que muchas veces no es tan terrorífica la violencia física en sí o los asesinatos, que hay cosas mucho más aterradoras en la sociedad. Desde la cosificación de la mujer a problemas de salud mental, problemas de género o incluso el poder de la justicia. Tú recoges en la novela, por ejemplo, la histeria femenina, esa obsesión de la sociedad burguesa por reprimir la sexualidad de las mujeres. ¿Qué te interesaba reflejar aquí?, ¿qué otros terrores o violencias hay más allá de esos asesinatos macabros?

Sí, qué interesante. Aunque bueno, ya te digo que a mí me sigue dando más miedo un hachazo en la cabeza. Pero sí, cuando se masifica tanto el mal y la crueldad, cuando se legaliza, de cierto modo. Esto era una época victoriana donde los niños trabajaban en las minas y en fábricas, hasta niños de cinco años, seis años, cuanto más pequeños mejor, porque podían meterlos con más facilidad, por ejemplo, en chimeneas para limpiarlas. A veces se quedaban atascados y entonces encendían fuegos para que bajaran. Yo he leído unos casos de abusos ridículos, esta época parecía una parodia de sí misma. Entiendo lo que dice Catriona, es una crueldad tan asimilada que no te das ni cuenta, está tan masificada que no sirve acudir a quien debería ayudarte, como puede ser la Justicia o una iglesia, alguien que debería acogerte. El poder les ha corrompido de tal manera que ni ahí estás a salvo, es como que estás solo. Y esta época es terrorífica, sobre todo para la mujer y para los niños también. Las mujeres no podían ni divorciarse, eran casi propiedad de sus de sus maridos. Hasta Dickens, cuando quiso divorciarse de su mujer, empezó una campaña diciendo que estaba loca, que a ver si se la llevaban al psiquiátrico y se ahorraba el trauma. Por suerte, Charles al final hizo lo correcto y no siguió por ahí, pero casi la mete en el psiquiátrico. Eso da miedo. Están solas. Una soledad absoluta, no había nadie que las protegiera. Y eso me dio bastante rabia, la verdad. Cuando lo leí, metí un poquito de eso en el espíritu de la novela.

Acoso escolar, memoria, machismo o salud mental. Todo lo que ellas abordan en el thriller rural

"No logro comprender por qué los hombres creen que las conversaciones sobre actos violentos afligen a las mujeres. Las mujeres, que todos los meses sangran a chorro, que frotan coágulos de sangre con los dedos y los hacen explotar como si fueran insectos, y a veces no pueden porque no son coágulos de sangre sino tiras de carne del color de la lengua salidas de su matriz. Las mujeres, que revientan al dar a luz, a las que se les desgarra la vagina y se les descuelga el ano, cuyo vientre arañan por dentro uñas diminutas cada vez más duras…"

¿Hay intención en que la protagonista y la mala sea de nuevo una mujer? ¿Tenemos todavía que saber que las niñas también pueden aspirar a matar, que no solo lo hacen los hombres?

Sí, bueno, esto tiene varias partes. Primero, todo eso que has leído, que es horrible y asqueroso, tiene la sorpresa de que con la menstruación no solo sale sangre, sino que también hay, por así decirlo, tropezones. Esto es algo que tuve que aprender yo con 11 años. Me parece terriblemente injusto que muchos hombres no lo sepáis a día de hoy, me parece horrible. El trauma de la regla para las mujeres, mensualmente, me parece lo peor que me ha pasado en la vida. Y encima nos maquillamos y vamos a trabajar, venimos a la radio y lo que sea. Entonces sí que había ahí una reivindicación, no sé, pero desde luego que estoy otra vez pidiendo ayuda, porque nadie está hablando de esto. Y sin duda quería toquetear a ver qué pasaba si la psicópata era una mujer. Los psicópatas asesinos en serie tradicionalmente son hombres y matan de una manera muy masculina, muy sanguinolenta, hachazos y ese tipo de cosas. Las mujeres, las las pocas mujeres asesinas en serie que hemos tenido, son un poco más sutiles. A lo mejor usan más veneno, cojines, ese tipo de cosas. Y suelen matar, normal y lógicamente, a aquellos sobre los que tienen poder físico, como pueden ser los niños o mujeres más pequeñas, hijas, etcétera. Entonces quería ver qué pasaba si le dábamos un poco la vuelta y una mujer mataba como un hombre. A ver cómo nos sentíamos todos. Y claro, yo tenía aquí un poco un dilema, porque estoy a la vez reivindicando un cierto un feminismo, un poder de las mujeres, que también conocemos la violencia y no sé por qué creéis que somos tan delicadas, pero a la vez, por otro lado, tampoco vamos a justificar todo lo que hace esta mujer, como puede ser asesinar a niños, animales y vulnerables solo porque oye, bien por ti, chica, lucha contra el patriarcado. Hasta dónde la perdonamos, digo yo, hasta dónde empatizamos.

Hablábamos antes del preciosismo y la estética de ese Nosferatu de Eggers. ¿Cómo es en Ensor House, esta casa que también es un poco protagonista de la historia? "Una casa envuelta en profundos tonos barrocos, como algunos cuadros de Caravaggio". ¿En qué mansiones o castillos que tanto te fascinan te has inspirado?

Qué buena pregunta, me encanta, gracias. Pues mira, sobre todo es Haddon Hall, que es una casa medieval. Esa es la que más me inspiraba. Y, de hecho, hay una ilustración al principio de la novela de Haddon Hall, donde se han rodado varias adaptaciones de Jane Eyre. Es una casa muy imponente, medieval, pero luego creo que los victorianos hicieron ciertas reformas a lo largo de la historia. Y tiene mucha piedra, mucha madera, cuernos de animales colgados en la pared. Luego también alguna como Norton Conyers, que es en la que se inspiró Charlotte Brontë para describir la mansión de Edward Rochester, donde está la mujer en el ático. Porque, efectivamente, si vas a esa casa hoy, tienen todavía un ático escondido detrás de una pared donde hay una tina como de metal, donde tenían claramente a alguna loca ahí metida. Mery la loca creo que se llamaba.

Victorian Psycho se llevará al cine con Margaret Qualley, a quien hemos visto recientemente en La Sustancia. ¿Cómo se ha gestado este proyecto, qué nos puedes contar de él, de ella encarnando a Winifred Notty?

El director Zachary Wigon contactó conmigo porque le había encantado La señora March. Le mandé el manuscrito, el primer borrador, de Victorian Psycho y le encantó, lo vio totalmente como una película. Y él conoció a Margaret de porque la había dirigido en su anterior película, Sanctuary, El Templo. Y que pensó que sería idónea para Winifred. Y yo dije vamos, ¿dónde hay que firmar? Bueno, escribí el guion y se lo mandamos a Margaret. Y le encantó. Y ahí estamos, está, practicando el acento y su desarrollando su personaje. No puedo esperar a ver qué Winifred nos trae, tengo una ilusión loca y acaba de comprar los derechos A24, una maravilla.

Y a ti que te gusta tanto el teatro, ¿crees que es más difícil adaptar este género, esta novela a una obra teatral?

Qué interesante. La verdad es que no sé tanto de teatro, aunque estudié arte dramático en la carrera. Le perdí un poco la pista desde que ya no vivo en Londres, que la cultura teatral era la mejor del mundo, supongo, tenían unas obras tan avanzadas, tan locas y tan abstractas. A mí me intimida el teatro y habría que traducirla a ese lenguaje que yo todavía, por desgracia, no sé, no conozco, pero me encantaría verlo en teatro. Yo creo que se podría hacer algo muy divertido con toda la sangre.

El crimen y el asesinato como herramientas para analizar la sociedad
 
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