Le preguntan por la comida en los congresos de Nutrición y no puede disimular su chasco: "Como vayas con hambre"...

Madrid

Enero es el mes de los buenos propósitos y eso pasa, en muchos casos, por una buena alimentación basada en frutas, verduras, legumbres y cereales, un consumo equilibrado de proteína animal y consumo puntual de ultraprocesados. Pero, aunque parezca mentira, la bollería industrial y los platos precocinados de baja calidad siguen estando muy presentes en ámbitos que deberían ser sagrados, como el de los colegios o los hospitales. Incluso algo peor...

Desde que se graduó (y lo hizo en la primera promoción de España), la dietista-nutricionista Verónica Chazín ha ido acumulando experiencia en su consulta, en el ámbito hospitalario y también en la divulgación en medios, pero sin dejar de formarse. En su página web, de hecho, lleva el recuento, de hecho: ¡54 cursos y conferencias! Encuentros que, como sucede con cualquier otra profesión, se suelen cerrarse con un cóctel o una comida de grupo. Pero tratándose de expertos en alimentación, el contenido del ágape tiene un interés especial.

Contra todo pronóstico, al preguntarle en Gastro SER si ha comido bien en algún congreso de nutricionistas, no ha podido disimular su decepción: "Es un catering típico normal, con todo bastante procesado: cruasanes, grasas... No solo vamos nutricionistas, también van endocrinos y otros médicos, pero los catering, hoy por hoy, siguen teniendo cruasancitos, pastelitos y poca fruta. Cosas que, como vayas con hambre, has estropeado el día".

"Un cambio primordial"

Una situación "alucinante" que, de hecho, es parecida en otro ámbito que debería ser un templo de la salud y la nutrición: los hospitales. "El problema es que no teniendo cocina propia, como pasa en la mayoría... Uno con catering no tiene nada que ver y, al final, con precios tan bajos para el menú de un paciente, no podemos pretender que haya calidad en la comida".

El mensaje de la mejor cocinera de hospitales de España a la ministra de Sanidad: "Hay que reforzarlo"

A propósito de ese margen de mejora en la comida de ciertos lugares, Chazín opina que debería ser "un cambio primordial" y recuerda el testimonio de un traumatólogo que sobrevivió a un ingreso hospitalario casi sin comer "porque no le gustaba la comida" y, en esa situación, no puedes elegir. Según ha detallado, "le revisaban los parámetros de todo, pero nadie se fijó en lo que comía".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Una experiencia similar a la que el crítico gastronómico Philippe Regol describió en Gastro SER: "Por desgracia he estado hospitalizado alguna vez y [lo de la comida] es durísimo e indignante. Ya sabemos que no se pueden pagar más de 2 euros por menú, pero hay cosas que se pueden hacer mejor. Muchas veces hay multinacionales detrás. En mi caso, el catering lo preparaba la multinacional francesa Sodexo, ¡y es terrible! Es mala alimentación. El caldo era agua sucia, todo estaba plastificado... ¡y pasas hambre! Reconozco que lo he pasado mal y que, en esas circunstancias, no puedas tener ni la satisfacción o la compensación de comer una fideuà o unos fideos a la cazuela con costilla... ¡Cosas sencillas pero bien preparadas!".

Ampliar

Cerrar

La cuestión económica tiene una relación directa con la calidad de nuestra dieta. Según el estudio Aladino 2023, de hecho, el 46,7% de los niños y niñas de 6 a 9 años que sufren exceso de peso en España pertenecen a una familia con una renta inferior a 18.000 euros brutos anuales.

Algo que la propia Verónica Chazín percibe también en los dos barrios de Madrid —Vallecas y Salamanca— en los que pasa consulta: "Es bastante diferente, sí. Hay personas a las que no les puedes proponer un menú con salmón o aguacate. Los ingresos influyen mucho".