Guille Milkyway: "Hemos romantizado el componente autodestructivo y tóxico de muchos artistas"
La Casa Azul cumple 25 años y lo celebramos con su fundador. Un cuarto de siglo de música indie, fiel a sus principios y a su discográfica. 25 años de canciones pop, divertidas, coloridas y bailables, que esconden mucho más detrás
LUIS M. ORTIZ
50 años ha cumplido Guille Milkyway este 2024 y 25 su grupo de música, La Casa Azul. El sonido efervescente de la Casa Azul es el disco con el que debutó la banda y hoy se han convertido en un referente de la música nacional. 25 años después conserva la misma pasión por el arte en general y la música en particular. «Hoy me has dicho hola por primera vez», «Galletas», «Chicle Cosmos», «Sin Canciones», «Me Gustas» o «Cerca de Shibuya» siguen siendo canciones actuales, no han envejecido nada mal con todo lo que ha pasado, en España, en el mundo y en el grupo, que ha ido cambiando. "Me reconozco totalmente en esas canciones y está guay porque me he mantenido. He mantenido esa parte inocente en mí, en el día a día, en mi vida, no me cuesta escucharme y es una de las cosas más bonitas que te puede pasar como artista", dice el cantante en La Hora Extra.
Aunque sigue siendo tímido, sí que le cuesta un poco escucharse a sí mismo, Guille ha aprendido a disfrutar sobre un escenario con su público. Salir ataviado con gafas o un casco le ayuda a no tener que entrar en un contacto directo con el público, reconoce, pero desde hace unos años se lo pasa muy bien. "En 2017 o 2018, por primera vez, después de tantos años, monté una banda para tocar en directo con buenos músicos. Por fin podía sonar bien en directo, con una propuesta escénica que claramente era muy cercana a la que yo siempre quise hacer y estoy orgulloso. Antes lo pasaba realmente mal, pero mal, hasta el punto de que los días que tocaba era como un muy mal día para mí. Y ahora es todo lo contrario y esto se transmite", explica.
Sus canciones transmiten siempre buen rollo, alegría y eso es algo que lleva por bandera. "Soy muy melómano, me gusta mucho leer alrededor de la cultura pop y de la historia de la evolución de la música popular contemporánea. Y hay cosas que se repiten y creo que nos hemos encargado entre todos de romantizar de manera muy perversa el componente autodestructivo de muchas artistas y muchos artistas, hemos romantizado relaciones tóxicas entre miembros de ciertos grupos, entre el entorno, el business". Durante estos 25 años, y hablando del negocio, La Casa Azul se ha mantenido fiel a su sello discográfico, Elefant Records, un sello independiente. "Todo se ha basado siempre en una relación ultra musical, comprábamos singles de todas las épocas, cosas que yo no podía compartir de manera habitual con mi entorno, aunque fueran grandes amigos míos. Podía hablar con ellos del disco de Nirvana o cosas así, pero era difícil hablar de Julio Iglesias. Y con Luis Calvo, fundador de Elefant, nos pasábamos horas hablando de todo tipo de música", recuerda.
Aunque está muy acostumbrado a trabajar solo y disfruta de esa soledad, el artista combina su trabajo al frente de La Casa Azul con las producciones de otros, como Fangoria o Soleá Morente, con quien ha trabajado mucho últimamente, "consiguiendo una simbiosis total, hemos grabado un disco entero y ha sido una experiencia nueva y muy buena. Si algo tienen en común sus canciones y las de Fangoria, por ejemplo, es que aunque sean ritmos muy bailables, muy alegres, con un barniz como muy happy flower, si uno escucha atentamente las letras muchas veces hablan de temas dolorosos, de decepciones, de rupturas, de desamor. "Yo escribo desde ahí y en general se suele escribir más desde ahí", dice. "En la historia de la música pop, el baile en general es esta cosa que asociamos a discoteca, en un ambiente aparentemente festivo. Pero el otro día hice una lista de canciones que es lo contrario, canciones aparentemente superfluas, que esconden una canción tristísima. El bimbo de Georgie Dann, La Lambada o incluso Quédate de Quevedo, hay siempre cierta cosa triste, aunque aparentemente sean canciones de júbilo".
Con Guille Milkyway hemos repasado algunos de sus referentes musicales, que deberían de serlo de todos. Desde Julio Iglesias a Nino Bravo o Raphael, "asociadas a una época oscura, la de la dictadura, pero que hay que aceptar y reivindicar porque han sido muy importantes por todo lo que han aportado a la música de España", advierte. Para celebrar los 25 años, La Casa Azul ofrece un concierto el 11 de octubre en el Wizink Center de Madrid y el 9 de noviembre en el Sant Jordi Club, este último con entradas agotadas desde hace meses. Mientras prepara nuevo trabajo para 2025. Lo que no está en sus planes es presentarse al Benidorm Fest. "Me encanta Eurovisión y su historia, soy súper fan, pero soy incapaz de soportar entornos muy agresivos, a nivel de presión", concluye.
Guille Milkiway: "Hemos romantizado el componente autodestructivo y tóxico de muchos artistas"
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