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Comer 'de película': disfrutar como en 'Alicia en el país de las maravillas' o 'Pulp Fiction' es posible en dos restaurantes de Londres

Un proyecto une cine y gastronomía para quien pueda gastarse unas 100 libras por la experiencia

Uno de los platos de Taste Film mientras se visualiza 'Alicia en el país de las maravillas' / Morris Shamah

Madrid

Una escena de Uno de los nuestros (1990, Martin Scorsese), en la que sus protagonistas preparan una cena en prisión, fue la que encendió la chispa en la cabeza de Amy Fernando, que entonces era profesora de Estudios Fílmicos: "Quería vivir la escena, compartirla y acercarme a los personajes". Decidió unir sus dos pasiones, la comida y el cine, y así surgió Taste Film: un proyecto en el que se emiten películas donde la comida y la bebida tengan cierto protagonismo en algún momento y en el que los espectadores pueden degustar al mismo tiempo esos productos en la mesa.

Comidas de películas como Alicia en el país de las maravillas, Ratatouille, Pulp Fiction o Shrek han pasado ya de la gran pantalla a la mesa de algunos restaurantes de Londres. En abril llegarán Lluvia de albóndigas y Matilda, y en mayo Chef y Los juegos del hambre. Aunque las películas varían, para Amy Fernando todas comparten el común denominador de la nostalgia: "La gente ya tiene una conexión emocional con estos largometrajes, lo que creo que es una de las razones principales de nuestro éxito".

En el país de las maravillas

Un ejemplo de una de las experiencias fílmicas y culinarias que el año pasado vendieron unas 20.000 entradas es Alicia en el país de las maravillas. En Parlour, uno de los dos restaurantes asociados al proyecto, a la vez que se emite el filme basado en el libro de Lewis Carroll, el público va interactuando con la escena a través de la comida y la bebida. Los invitados beben y comen de la botella y de la tarta que rezan, respectivamente, "Bébeme" y "Cómeme", al mismo tiempo que lo hace la protagonista de la historia.

También se puede disfrutar de una fiesta del té junto al Sombrerero Loco o crear una poción para cambiar de tamaño mezclando el contenido de distintos recipientes, como si de un proceso de alquimia se tratara. La experiencia se inicia desde el momento en el que se abre el menú, repleto de colores en el caso de la película de Tim Burton, y que obliga a que los asistentes usen la imaginación y las herramientas puestas a su alcance para poder leerlo.

Una experiencia para los cinco sentidos por 100 libras

Durante la emisión, a la vista y el oído, sentidos a los que se suele limitar el visionado de una película, se agregan el gusto, el tacto y el olfato, que hacen que sumergen al público en la pantalla, logrando la experiencia sensorial que Fernando buscaba con el proyecto.

De esta manera, los metrajes generan una emoción distinta en los asistentes, que no solo los ve, sino que también los experimenta, y obtiene, así, un rol más activo que el del espectador tradicional. "Ya no solo eres parte de la audiencia, sino que te conviertes en un participante más del largometraje", consideró su fundadora, cuya meta es llegar a las personas que quieren experimentar y llevar el cine "a otro nivel".

Por San Valentín, se emitió Notting Hill y, algo antes, El diario de Bridget Jones, con su popular sopa azul incluida. Este lunes de Pascua, donde el chocolate tiene protagonismo, se podrá disfrutar del film francés Chocolat.

Los precios de estas experiencias suelen rondar las 80-100 libras. Algunas cenas tienen límite de edad (por el contenido de la película o por la comida) pero otras están pensadas para todos los públicos, como Alicia en el país de las maravillas o Matilda.

Quizás la experiencia no se pueda definir mejor de lo que lo hace la propia Alicia en el libro de Lewis Carroll: "Estoy segura de que, si como o bebo algo, ocurrirá algo interesante".

Proyectos similares en España

En nuestro país, festivales de cine como el de San Sebastián llevan a cabo experiencias similares. De hecho, en Donosti hay una sección específica llamada Culinary Zinema donde se sirven cenas inspiradas en varias películas. En la última edición, se emitieron cuatro películas con sus correspondientes cenas temáticas por 80 euros que se sirven servidas en las instalaciones del Basque Culinary Center. Una de las emisiones del año pasado fue la de la serie de Disney Nada, en la que un crítico gastronómico argentino es el protagonista.

En Menorca se celebra desde hace años Cooking Films, donde también se sirven cenas, degustaciones y catas mientras se proyecta una película. Algunos de los menús están elaborados por reconocidos chefs de la isla y es una buena forma de dar a conocer la oferta gastronómica local.

 
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