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Si el poliuretano y el poliestireno son inflamables... ¿Es seguro seguir usándolos en edificios? La clave es dónde van colocados

Varios arquitectos e ingenieros explican a la SER cómo deben usarse los materiales bajo sospecha tras la tragedia de Valencia

Si el poliuretano y el poliestireno son inflamables... ¿Es seguro seguir usándolos en edificios?

Si el poliuretano y el poliestireno son inflamables... ¿Es seguro seguir usándolos en edificios?

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Madrid

El edificio de Valencia se quemó en apenas media hora y todas las miradas de los expertos se fijaron en los materiales de la fachada y en lo rápido que conducían y ampliaban las llamas a través de ella. "Hay un vídeo muy descriptivo en el que se ve como el fuego se va propagando por el interior de la fachada, rompiendo los cristales y entrando en las viviendas en apenas minutos", dice uno de los expertos consultados por la SER para llevar a cabo esta información.

En los anuncios de estas viviendas, en 2008, se hablaba de la fachada como uno de los elementos claves del diseño del edificio. Incluía, así lo hacían constar, un "revestimiento innovador de aluminio". Sin embargo, todos los expertos coinciden en que "lo importante es lo que había detrás, lo que no se ve".

La primera que lo apuntó, en la antena de Hora 25, fue la vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de València, Esther Puchades, quien fue, además, una de las especialistas que peritó el edificio. Señaló en la SER que "debajo las piezas de aluminio colocadas en la fachada del edificio" había, según sus palabras, "poliuretano, un producto inflamable, que es lo que ha provocado la expansión de las llamas en menos de media hora".

Alberto de la Mora de Castro, arquitecto, cuenta que "el poliuretano es un buen aislante térmico, pero un pésimo material contra el fuego, arde como el betún. Hay otros materiales aislantes mejores, que además resisten al fuego 30, 60 o 90 minutos. Lo que daría tiempo a los bomberos a llegar a un sitio sin que ardiese a ese nivel." Aun así, insiste en que el problema no es la presencia de este material en la edificación, sino la falta de "materiales que cortasen la ventilación". "Debería haber habido materiales que cortasen la ventilación o haber utilizado un aislante térmico resistente al fuego. Se han dado una serie de circunstancias que hace que el edificio parezca una antorcha", insiste de la Mora.

Consultados varios arquitectos e ingenieros sobre esta afirmación, tras revisar las imágenes y con mucha cautela a la espera de la investigación oficial, todos señalan que la clave está en esos paneles de aluminio que apenas tienen unos 0,5 milímetros de aluminio y que lo importante es lo de detrás. Algunos señalan que es poliuretano, pero advierten: podría también ser poliestireno, que es otro aislante térmico similar.

Anuncio del edificio siniestrado en Valencia

El experto del Consejo General de Colegios de Ingenieros Industriales, Jesús Villar, explica que es muy habitual que se usen estos compuestos como aislantes. "En los edificios con ladrillo de cara vista se solía poner un revestimiento interior de poliuretano proyectado", dice. Sin embargo, hay una diferencia muy clara: "Al ser interior, sería difícil que hubiera transmisión vertical, del fuego, es decir, que no pasaría a la fachada", señala. Sin embargo, en Valencia, "el problema ha sido que todo el aislamiento estaba en el exterior y colocado de forma continua". Eso ha hecho que el fuego se haya podido extender verticalmente y horizontalmente a todas las viviendas y que incluso haya pasado al edificio contiguo.

En España, compuestos aislantes como el poliestireno o el poliuretano se siguen utilizando en miles de construcciones, ya que el código de edificación no prohíbe materiales concretos. Dice Villar que "exige unas características de comportamiento al fuego de los materiales y si tú llevas tu material a un laboratorio y pasa todos los controles, lo puedes usar perfectamente siempre que cumpla con esos estándares de resistencia al fuego".

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La clave es cómo se colocan

Así que los materiales están permitidos. Lo importante es donde y cómo se instalan. Nos lo ha explicado el vocal de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y director del Área de Ingeniería y Arquitectura en la Universidad Alfonso X el Sabio, Ángel Sampedro.

Nos da dos claves:

  1. Cómo se colocan los poliestirenos y poliuretanos aislantes: "El material en sí no es tan peligroso como la disposición de los elementos que contengan ese material mezclado con otros. De manera que, si puede estar revestido, protegido, de forma suficiente, seguramente no le afecte tanto el fuego".
  2. Que haya cortafuegos. "Todavía más importante aún que su colocación es colocar dispositivos y discontinuidades ignífugas en las edificaciones que permitan cortar el acceso al fuego". La idea, dice este experto es evitar que se propague "más allá de una serie de zonas que tengamos limitadas".

El arquitecto Diego Toribio, explica que, efectivamente, el uso de poliuretanos "exige su combinación con aditivos ignífugos" y coincide con de la Mora que este tipo de revestimiento no es nuevo, ya que es muy probable que haya sucedido lo mismo que ocurrió en la torre Grenfell de Londres en 2017. Toribio insiste en que "el uso de determinados materiales para ahorrar costes tiene consecuencias siempre". "Yo no apostaría a que en el momento de la construcción se ahorrasen costes, o al menos no existen evidencias por el momento. Lo que puedo asegurar es que en el momento de su construcción, las exigencias en materia de protección contra incendios del Código Técnico de la Edificación, eran otras", añade.

Los expertos coinciden en que hay que revisar la normativa y hacer más inspecciones: "Más que cuestionar el empleo de esos materiales, lo que sí debe ser revisado es la disposición de los elementos que contengan esos materiales inflamables", coinciden los dos expertos. Y lo que es más importante, "en la construcción de esas edificaciones tan singulares (como el edificio de Valencia) hay que disponer de sistemas de contención adecuados para evitar que se propague el fuego". Así que la clave es construir edificios con sistemas de contención: Dice Sampedro que "no podemos evitar que se produzca en un piso o en una planta, pero se tiene que evitar de todas las maneras que ese fuego se propague de forma tan brutal a edificaciones colindantes".

Alberto de la Mora de Castro no cree que este tipo de edificaciones se encuentren en muchas zonas de España, por lo que evita la generalización. "No ha sido una solución constructiva muy aplicada en España. Ese tipo de fachada ventilada, con este material, en viviendas, se ha hecho muy poco. No se puede saber el número, pero no ha sido una práctica constructiva repetitiva", explica. Esto coincide con las declaraciones de Esther Puchades, que asegura que este tipo de construcción "en teoría, no es habitual", lo que haría altamente improbable que una tragedia de estas dimensiones volviese a ocurrir.

Más inspecciones, concluyen, darán lugar a mejores construcciones. Desgraciadamente, la ciencia de la ingeniería y de la construcción tiene que aprender, a veces, a golpe de estas tragedias.

 
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