"Eso no se hace": la pregunta de un soltero de 'First Dates' a su pareja nada más conocerla que ha arruinado la cita

Madrid

Manuela ha vuelto a First Dates. Después de una primera experiencia para olvidar, la sevillana de 72 años ha regresado al restaurante dirigido por Carlos Sobera con el objetivo de encontrar el amor verdadero. Una vez más, la protagonista de esta historia se ha plantado frente al presentador vasco para pedirle un hombre alegre y con ganas de vivir con el que poder mantener una relación sentimental. En base a estos parámetros, el programa le ha emparejado con José. Un sevillano, de 77 años de edad, que se presentaba frente a la audiencia como una persona con don de gentes al que le encantaban las motos.

Tras ver por primera vez a su cita, Manuela reconocía en declaraciones al programa que no le había gustado nada. Principalmente por su altura, lo que complicaba todavía más que abandonaran juntos el restaurante: "Es muy poquita cosa mi alma. Parecemos la una y cuarto". No obstante, decidía sentarse a cenar con él para conocerle en profundidad y descubrir si podía ser el amor que venía buscando. En cuestión de minutos tenía claro que no iba a ser así, pues José no le contaba nada y lo que tenía que decir tampoco es que le interesase mucho.

La pregunta que rompió la cita

En un momento dado de la entrevista, José le propuso a Manuela hablar sobre "amor". Todo ello para a continuación preguntarle cómo era en la cama. A pesar de que no le había gustado nada la pregunta, esta tiraba de humor para salir del paso: "Ya no me acuerdo de cómo era eso". Tras bastidores, la protagonista de esta historia señalaba que ese tipo de preguntas sobraban. Más aún en una primera cita como la que mantenía con José, lo que provocó que la relación entre ambos se enfriara todavía más. Pero a José no pareció importarle demasiado. De hecho, siguió hablando sobre el mismo tema durante varios minutos: "De cuando en cuando gusta echar un par de polvos".

Mientras que José hacía gala de su actividad sexual, Manuela decidía rebajar sus expectativas rápidamente: "Pero dónde vas. A ver si echas uno". En este momento, el soltero le dejaba claro que su objetivo era "darle ánimo todos los días" a su cuerpo y que, a pesar de que ya tuviera una edad, siempre era un buen momento para hacerlo. Algo que no terminaba de ver su cita, quien no daba crédito ante sus palabras: "Esos que presumen de tanto, a lo mejor luego la tienen pequeñita y luego ná de ná".

Las lunas llenas son milagrosas

A pesar de que Manuela estaba completamente fuera de esta conversación, José le explicaba que las lunas llenas eran milagrosas para potenciar la actividad sexual. De hecho, el soltero reconocía que el mejor momento para mantener relaciones sexuales era en la luna llena de enero. Sin embargo, a la soltera sevillana le importaba más bien poco porque no veía un futuro con él.

Dado que no había ningún tipo de química entre ambos, los solteros llegaban a la decisión final con las cosas muy claras. A pesar de que Manuela explicaba que no quería seguir conociendo a José en el plano amoroso, no se cerraba en banda a dar una vuelta con él en caso de que se encuentre solo. Mientras tanto, José reconocía que tampoco quería una segunda cita porque le había faltado "química" con Manuela.