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Entrevista | Txani Rodríguez: "Es muy doloroso descubrir en qué gran medida estamos solos"

La escritora y periodista Txani Rodríguez acaba de publicar nueva novela 'La seca'. Una historia que nos habla de maternidad y soledad con el paisaje de fondo de un pueblo andaluz en búsqueda de su propia supervivencia. Conversamos con la autora de viajes interiores, de las cosas que pasan a partir de los 40 y de cómo nos consuela el sentimiento de pertenencia

Entrevista | Txani Rodríguez: "Es muy doloroso descubrir en qué gran medida estamos solos"

Entrevista | Txani Rodríguez: "Es muy doloroso descubrir en qué gran medida estamos solos"

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Todo comenzó en 2018 cuando la revista Minerva le encarga un reportaje. "Ese bosque lo tenía relacionado a la infancia y a un territorio mítico y feliz, no era algo que vinculara con la narrativa pero al contrastarlo con la realidad, al conocer el tema de los corcheros más a fondo, sus reivindicaciones laborales, la enfermedad de la seca, la amenaza del cambio climático para mi se convirtió en conflicto y en materia literaria". Lo cuenta la escritora y periodista Txani Rodríguez (Llodio, 1977) que acaba de publicar 'La seca' con Seix Barral, a pocos días de que comience el rodaje de la adaptación al cine de su anterior novela 'Los últimos románticos', publicada por la misma editorial. 'La seca' está ambientada en Cádiz, en el Parque Natural de los Alcornocales, de donde es parte de su familia, "mi familia paterna y parte de la materna son de pueblos de ese parque en el que domina el alcornoque y pervive ese oficio centenario, con una plástica increíble, que es la saca del corcho. Mi abuelo, mi padre durante una temporada, mis primos, sobrinos y amigos son corcheros. Es algo que me ha llamado la atención desde siempre, hay algo que me vincula a esos bosques".

La novela cuenta el verano transformador que vive Nuria la protagonista, una mujer de Llodio, que viene de estar cuidando a su madre enferma durante los últimos meses y con la que viaja para pasar las vacaciones en un pequeño pueblo del Campo de Gibraltar. "Nuria es una mujer desubicada emocionalmente que no tiene herramientas para gestionar lo que le está pasando y que esconde incluso su parte más noble. Es una mujer frustrada que ha cumplido los 40 y que lleva una vida que no es la que ella hubiera querido pero que culpa a los demás de todo lo que quería haber hecho y nunca hizo, cuando los demás no tienen la culpa y es ella la responsable. Nuria tiene mucho miedo a quedarse sola y que no la quieran pero no sabe pedir cariño, es un barullo de mujer".

Uno de los pilares de la novela es la relación de Nuria con su madre, una relación de acompañamiento, de dependencia pero también de tedio. Son una madre y una hija que no saben relacionarse y que viven en una atmósfera opresiva. "Nuria está agobiada, piensa que su madre solo depende de ella y que siempre va a ser así, pero ese verano la madre va a hacer algo que ella no espera y se queda totalmente descolocada y se da cuenta de que ella también depende de su madre. Es una relación insana, les cuesta mucho darse espacio, por eso el aforismo de Ramón Eder, hay que ser generosos para alejarse de la gente que queremos". Explica la autora que no sólo le interesaba esa relación también el cambio de rol que viven las dos mujeres, "me interesaba porque sucede de pronto que un día eres madre de tu madre y te descubres diciendo las mismas cosas que te decía tu madre cuando eras adolescente y que no soportabas".

El peso de la soledad

La soledad es uno de los grandes temas de la novela que no sólo vive la protagonista, también la propia autora. Esas vacaciones terminan convirtiéndose en un viaje interior que permiten a Nuria asimilar cuál tiene que ser su lugar, "tienes que entender que la vida viene como viene y que tú no la puedes diseñar. Pensar que tú la puedes controlar es un esfuerzo estéril. Yo también tengo miedo a la soledad y no me importa decirlo. He tenido desde pequeña una sensación muy fuerte de soledad sin estar sola, para mi la soledad es el tema principal, aunque escribo de muchas cosas siempre acaba aflorando. Vamos a estar muy solas y muy solos, y de hecho ya lo estamos pero no nos lo queremos creer. Es un proceso muy doloroso descubrir en qué medida estamos solos. Esa sensación quizá nos lleva a mirar demasiado hacia dentro y perdemos la referencia real con nuestro entorno, con la gente que nos quiere y nos cuesta baremar, por eso está bien que haya quien te diga oye, mira a ver lo que estás haciendo".

Portada de 'La seca' de Txani Rodríguez edita Seix Barral

En paralelo a la historia personal de Nuria hay un pueblo en plena búsqueda de su propia supervivencia, donde los alcornocales están sufriendo una enfermedad, que tiene su origen en un hongo, que se conoce como la seca y que parece que es lo mismo que sufre, que corroe a Nuria por dentro. "Es verdad que Nuria tiene su savia pero es como no si no le corriera por dentro, es como si se hubiera quedado seca emocionalmente, no sabe sacar sus emociones. Hay un paralelismo entre la enfermedad del árbol y ella. Para mi el árbol también es un personaje. Quiero saber cómo ha sido su pasado, cuál es su presente y cuál será su futuro, si está enfermo, si lo cuidan, si lo atacan. Los dos tienen algo que los vincula".

'La seca' es un viaje al rural andaluz, pero no es un rural idealizado, de hecho, la novela refleja la preocupación de las gentes del pueblo de salir adelante frente a la idea romántica de los veraneantes que quieren dejarlo todo como está. La narración sostiene esa pulsión entre la parte más luminosa y la más oscura, relacionada con la falta de expectativas de una región asfixiada por el cambio climático y sin un futuro sostenible. "Son dos filosofías de entender el pueblo. Dentro del campo se cruzan y chocan los intereses de unos y otros y no quería idealizarlo. Quería que fuera una canción de amor y me he quedado en una visión intermedia. Para mi el paisaje nos arropa, es muy importante el consuelo de la pertenencia que nos da, muchos no queremos que cambie, pero para quienes viven en el medio rural ellos no pueden vivir del aire y eso se traduce en intervenciones. Me gustaría que ambos paisajes pudieran convivir pero ahora parece que hay una trinchera con los que quieren sacar más rentabilidad económica. Hay quienes dicen que la propia protección del parque les asfixia. Creo que las partes se tienen que escuchar más y rebajar el tono de autoridad".

Igual que la protagonista Txani Rodríguez es hija de la emigración y como explica "cuando escribía sobre el paisaje, pensando en las personas que se sientan solas o que nos sintamos solas el paisaje te arropa, ahí se despliegan los capítulos de nuestra propia vida, es un abrazo a lo largo del tiempo porque el paisaje pervive, en él hay algo potente y muy cálido".

 
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