Personajes navideños que entregan regalos

En España, es importante reseñar la presencia del Olentzero al que, por lo general, se le designa con figura de hombre un tanto grotesco, de profesión carbonero, que hace su aparición precisamente en la noche del 24 de diciembre, bajando por la chimenea para traer los regalos. Según las zonas donde se le rinda culto, así su profesión y su vestimenta. En Oyarzun (Guipúzcoa) dicen que vive con su mujer y va a la cocina de las casas cuando la familia se ha retirado a dormir. Y desde 1994, en muchos pasacalles y cabalgatas de Reyes, el Olentzero es acompañado por Mari Domingi, un personaje femenino que le sirve de partenaire. Pio Baroja, en 1931, recoge leyendas que le decían cuando era niño y vivía en San Sebastián: "Se nos contaba a los chicos que el Olentzero era un gigante que bajaba por la chimenea con la cara tiznada, con los ojos rojos y el aire fiero. También se decía que en la Zurriola metía a los chicos en un saco y se los llevaba”.

En Galicia poseen al Apalpador (también conocido por el nombre de Pandigueiro en la comarca Tierra de Trives), carbonero también de profesión y palpador de vocación. Va con su boina, una chaqueta remendada, alpargatas, acompañado de su pipa, para tocar el vientre a los niños y ver si han comido suficientemente durante el año, dejando un montón de castañas.

Un ser parecido, aunque ya no es carbonero sino leñador, es el Esteru, que vive en las montañas de Comillas (Cantabria). Es tan bonachón que trae los regalos el día de Navidad a los hogares cántabros, con su boina y sus grandes barbas blancas, siempre acompañado de su hacha, su bastón y su fiel ayudante, el Burru. En algunos municipios de las montañas de León ese papel tan generoso lo realiza la llamada “Vieja del Monte”.

En Italia cuentan con la anciana bruja Befana. Cuando los Reyes Magos le preguntaron dónde estaba el Portal de Belén, ella no supo decirles y les echó de malas maneras. Horas más tarde, arrepentida, preparó un cesto con dulces y se puso a buscarlos sin conseguirlo volando en su escoba. Se paraba en cada casa en su camino dando regalos a los niños que encontraba con la esperanza de que alguno de ellos fuera el Niño Jesús y esa fue su pequeña maldición: vagar por el mundo haciendo regalos para hacerse perdonar. Y hasta hoy.

Posiblemente, el más moderno de los seres que pululan por la Navidad, es un personaje de ficción, un ogro verde con dientes amarillos, creado por el Dr. Seuss en un libro infantil del año 1957 titulado ¡Cómo El Grinch robó la Navidad! No deja de ser una parodia y un símbolo de la Navidad